El incendio en Molezuelas de la Carballeda continúa activo y sin control, obligando a desplegar esfuerzos en varios municipios de la provincia de Zamora.
Las llamas alcanzaron Carracedo, donde cinco casas han quedado destruidas. Aunque ninguna estaba habitada permanentemente, las pérdidas materiales y el impacto emocional son significativos.
El alcalde de Ayoó, David Martínez, describió la situación como de «calma tensa» pero marcada por estrés e impotencia. «Gracias a que todos salimos a refrescar casas y jardines, se evitó una tragedia mayor», relató.
En Carracedo, los propios vecinos, algunos de ellos de más de 90 años, han salido con mangueras y cubos de agua para proteger las viviendas.
El fuego ha destapado una realidad preocupante en el medio rural: solares abandonados y llenos de vegetación seca y tejados antiguos con musgo, que facilitan la entrada de las pavesas. En verano, la población se multiplica, lo que complica las evacuaciones y aumenta el riesgo.
Emilio Fernández, vicepresidente cuarto y diputado de la Diputación de Zamora, confirmó que el incendio llegó a provocar llamas de hasta nueve metros. Aunque el viento cambió de dirección evitando que más casas fueran arrasadas, la amenaza sigue latente.
«Seguimos en vigilancia constante. El fuego de Molezuelas de la Carballeda está activo y el peligro ahora se concentra en la zona limítrofe con León», explicó Fernández, que lleva cuatro días durmiendo apenas unas horas.
La experiencia de Carracedo deja claro que es necesario invertir en prevención, limpieza de terrenos y formación de brigadas locales para evitar que incendios como el de Molezuelas de la Carballeda sigan poniendo en riesgo pueblos enteros.






