Con una placa electrónica, sensores de partículas y piezas impresas en 3D, Ángel ha creado un sistema autónomo que registra datos de PM2,5 y PM10, y que funciona incluso si falla la conexión a internet, enviando la información a la nube en tiempo real. “Con esto puedo ayudar a Gabriel y al Colegio Virgen de la Vega, proporcionando datos desde otro punto y complementando las mediciones oficiales”, explica el joven investigador.
Su aporte no pasa desapercibido, especialmente en estos días en que la calidad del aire en Benavente se ha visto afectada por el humo de los incendios. Gabriel Pérez Aguado, profesor de ciencias de La Vega, destaca la fiabilidad de la estación de Ángel y la valiosa perspectiva que aporta. “A nivel de temperatura y humedad los resultados coinciden bastante, y aunque los datos de calidad del aire varían según el día, son consistentes y fiables”, asegura.
Para Ángel, el proyecto ha sido una combinación de pasión por la programación y compromiso con la sociedad. “Imprimí en 3D las piezas de la veleta y el anemómetro, y diseñé la caja para proteger la estación de la lluvia”, relata.
Respirar el aire de agosto en Benavente ha sido como fumar 31 cigarrillos
Este verano, durante la ola de calor y los incendios, los niveles de partículas PM2,5 alcanzaron cifras preocupantes en la ciudad. Para que la población entendiera la gravedad de la situación, el equipo del colegio comparó la exposición con fumar cigarrillos: en ciertos días, estar en la calle era equivalente a haber fumado tres cigarrillos sin encender ninguno.
Gabriel subraya la importancia de que la ciudadanía se proteja y por eso, desde el colegio han estado haciendo actualizaciones diarias de la calidad del aire en Benavente, en estos días de mayor contaminación por el humo de los incedios: “Esas partículas PM2,5 son tan pequeñas que penetran en los pulmones y afectan especialmente a personas con problemas respiratorios. Por eso insistimos en limitar la exposición al aire exterior en episodios de contaminación, usar mascarillas y seguir las alertas que publicamos en tiempo real”.
Gracias a la combinación de la innovación de Ángel y la experiencia del equipo del colegio, Benavente cuenta con un sistema de vigilancia ambiental único en su escala. Este proyecto demuestra cómo la curiosidad y el esfuerzo de los jóvenes, junto con la ciencia aplicada, pueden contribuir a proteger la salud pública y a concienciar sobre la contaminación del aire.
