DEPORTES

Iván Bragado y Discamino se meten un palizón de kilómetros en el día dos

Unas obras en la autopista francesa A-64 alargaron el viaje más de la cuenta al ser desviados por una nacional.

Iván Bragado, Discamino y toda la expedición emprenden la segunda jornada, no exenta de adversidades, con un viaje de 872 kilómetros convertidos en una odisea hasta llegar a la localidad francesa de Carcassonne. Así fue el segundo de los días comentado por Javier Pitillas.

DIA 2.- VIAJE DIABÓLICO
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«Hoy tocaba conducir desde Benavente hasta Carcassonne, 872 kilometros para ser hechos en unas nueve horas más otra de paradas, total diez horas, pero claro, eso sin contar con Murphy. Murphy nos ha regalado dos horas extras de camino.
Montones de veces renegamos de nuestra España, nuestra españolidad y nuestras españoladas, ¿verdad? Pues bien, hoy, por enésima vez, nos hemos dado cuenta de que ni nosotros somos tan malos ni los demás son tan listos. Imaginad la situación: vamos por la autopista A-64 dirección Toulouse y a pocos kilómetros de Tarbes nos encontramos con un atasco de la repera. Todos parados un buen rato hasta que la cola empieza a moverse. Los dos carriles se convierten en uno sólo y unos cientos de metros más adelante nos sacan a todos de la autopista por una de las salidas a Tarbes. El millón de coches, furgonetas y camiones de pronto en fila india dejando la autopista, cruzando por encima del puente y desembocando en un peaje, que, a Dios gracias, no estaba cobrando. La fila única se convierte en seis para pasar por las cabinas y, acto seguido, las seis se vuelven a ver obligadas a reducirse a una sola. Ni un solo agente de tráfico, ni un solo miembro de Protección Civil, ni un cartel, ni una indicación, nada de nada. Todos como borregos siguiendo al de delante porque no hay mucho donde elegir si lo que quieres es seguir avanzando hacia el este. Menos mal que llevábamos con nosotros al José Luis «Ronaldo» de los GPS de móvil que nos ha ido guiando hasta salir del atolladero. Una salida que nos ha costado una hora de ir a paso de tortuga. En España, cortos como muchos quieren hacernos creer que somos, hubiéramos convertido el sentido contrario de la autopista en dos carriles, uno para cada sentido, tal como está ahora mismo la autovía Vigo-Madrid a la altura de A Gudiña. Entramos con mal pie en Francia.
A ver si mañana salimos con el bueno».

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