En Ribadelago Nuevo, el subdelegado del Gobierno en Zamora, Ángel Blanco, supervisó el simulacro del Plan de Emergencia del Sistema Moncabril lanzando un mensaje que mezcló recuerdo, prevención y orgullo por la seguridad alcanzada.
“Este acto también es un acto de memoria y de recuerdo, de no olvido, a esas 144 personas, muchas de ellas niños, que fallecieron en la tragedia de la madrugada de 9 de enero de 1959 con la rotura de la presa de Vega de Tera” declaró Blanco al comenzar sus declaraciones, señalando también la intervención de Endesa este verano, que permitió abrir los desagües de las presas de Cuenca de Alto Tera:
«Esta apertura permitió que el nivel del lago de Sanabria aumentara ligeramente, que el agua fluyera por las zonas bajas, enfriando el terreno, aumentando la humedad y ralentizando la propagación del fuego» explicó el subdelegado.
Probando la alerta máxima
Durante el simulacro se probaron ocho sirenas instaladas para alertar a la población ante cualquier incidencia en las presas del Sistema Moncabril. El sonómetro en Plaza España de Rivadelago registró entre 98 y 100 decibelios, muy por encima de los 65 exigidos por la normativa.
Además, se verificó la eficacia de los sistemas de comunicación redundantes, combinando fibra óptica y teléfono vía satélite, garantizando la coordinación inmediata con todos los organismos implicados en la gestión de emergencias.
Preparación y tranquilidad para la población
Blanco concluyó que estos ejercicios son un éxito absoluto, porque no solo entrenan a los equipos, sino que tranquilizan a los habitantes de Galende y demuestran que la región está preparada ante cualquier eventualidad.
El Plan de Emergencia del Sistema Moncabril combina tecnología, coordinación y prevención, recordando que la seguridad es siempre el mejor homenaje a quienes han sufrido tragedias en el pasado.
