
Una denuncia presentada por un vecino ha puesto en el foco la presencia de gallinas en una zona residencial de Benavente. La queja vecinal alertaba sobre posibles problemas de salud e higiene y molestias por ruidos.
Como explicó el concejal de comunicación del Ayuntamiento de Benavente, José Manuel Salvador:
«El Ayuntamiento de Benavente recibió una denuncia de un vecino, que formuló por escrito y registró en el Ayuntamiento, por la existencia de gallinas en una calle, y que no podían estar allí. Además, dudaba que las condiciones higiénico-sanitarias fueran adecuadas.«
Inspección municipal y evaluación de Medioambiente
Tras la denuncia, la Policía Local realizó una inspección para verificar la situación, procedimiento habitual en casos similares. Posteriormente, el caso fue remitido al departamento de Medioambiente, encargado de evaluar el bienestar animal.
«Siempre que hay este tipo de denuncias, la Policía Local verifica la situación y el informe se remite a Medioambiente para su valoración,» aclararon desde el Ayuntamiento.
Bienestar animal confirmado, pero conflicto con la normativa urbanística
Los técnicos de Medioambiente comprobaron que las gallinas estaban en buen estado de salud y que las condiciones higiénico-sanitarias cumplían la normativa, desmintiendo parte de la denuncia.
«Medioambiente vino y vio que los animales estaban en buenas condiciones y que no se confirmaban las molestias ni los ruidos denunciados,» señalaron.
No obstante, el problema principal no era el estado de los animales, sino que la ubicación de los corrales domésticos no cumple con la normativa urbanística vigente.
Normativa urbana: la razón de la sanción
El Plan General de Ordenación Urbana de Benavente define las zonas donde se permiten ciertos usos, como los corrales domésticos. En el casco urbano, donde se encuentra la propiedad denunciada, esta práctica está prohibida.
Como explicó el concejal de Gestión Urbanística, Alberto Posado:
«En Benavente, en todo el casco urbano, el uso de corrales domésticos no está permitido, por lo que la normativa local prohíbe tener este tipo de corrales.»
Por ello, el Ayuntamiento sancionó al vecino por incumplir la normativa urbanística:
«Quiero dejar claro que la sanción no se ha impuesto por tener gallinas, sino por una denuncia de un vecino que llevó a verificar el cumplimiento de la normativa,» añadió José Manuel Salvador.
Según la normativa urbana, la multa oscila entre los 1.000 y 10.000 euros.
Un caso que refleja la complejidad de la convivencia urbana con animales
Este suceso evidencia el reto de convivir en zonas urbanas donde la ley de bienestar animal y la regulación urbanística pueden chocar, generando debates sobre el uso adecuado del espacio y los derechos ciudadanos.






