SANIDAD

El mejor fármaco contra el envejecimiento: el ejercicio

Son innumerables las enfermedades crónicas no transmisibles que se podrían posponer en el tiempo si simplemente practicáramos deporte con regularidad. El ejercicio es súper importante para nuestra salud, y no sólo física, sino también mental; y también para envejecer de forma saludable.

Así lo defiende el doctor Ángel Durántez Prados, doctor en Medicina, y pionero en España en la Medicina Preventiva Proactiva y la Medicina para el Envejecimiento, durante una entrevista con Infosalus en la que recuerda que el ser humano no está genéticamente diseñado para estar parado, para el sedentarismo.

Con motivo de la publicación ‘Joven a los 100. Claves para vivir más y mejor’ (La Esfera de los Libros), el también miembro de la Sociedad Española de Medicina del Deporte señala que el sedentarismo se vincula muy estrechamente con patologías como la diabetes, el sobrepeso, la enfermedad cardiovascular, problemas en el aparato locomotor, o la pérdida de masa muscular entre otros.

Según destaca, de acuerdo con datos de la European Heart Network, España se sitúa a la cabeza de los países europeos con más sedentarismo entre adultos, ya que más del 40% de los mayores de 18 declara no realizar ningún tipo de actividad física durante la semana, frente al 6% de Suecia. Unos datos bastante preocupantes, la verdad.

De hecho, el miembro de la Sociedad Española de Medicina Antienvejecimiento y Longevidad recuerda que hay que empezar a cuidarse fundamentalmente a partir de los 30, edad libre de enfermedad, ya que es a partir de los 40 donde pueden surgir los primeros ‘achaques’. «En cierta manera, lo que hagas de los 30 a los 40 determinará tu vejez», avanza el experto.

Durántez mantiene que de todas las causas que inciden en la aparición y el desarrollo de las enfermedades asociadas a la edad, todos los científicos coinciden al señalar en que el sedentarismo es la principal. «El ejercicio físico es una de las mejores maneras de detener o de ralentizar el deterioro físico tanto a nivel molecular como funcional. De todas las estrategias que podemos aplicar para frenar toda la sintomatología del envejecimiento, probablemente la actividad física sea de las primeras», recalca el especialista en Medicina de la Educación Física y el Deporte.

Según argumenta, la actividad física nos ayuda a mantener un estado físico saludable; mientras que el sedentarismo nos hace más propensos a padecer enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, cáncer, diabetes tipo II, Alzhéimer, artrosis, osteoporosis, o sarcopenia entre otros; en definitiva, todas las enfermedades relacionadas con el proceso de envejecimiento.

Además, el experto en Medicina Antienvejecimiento resalta que las personas que practican ejercicio físico de manera regular tienen menos posibilidades de padecer depresión; en cambio, las personas sedentarias tienen entre un 20 y un 30% más de posibilidades de morir de forma prematura.

Es más, el miembro del Age Managment Medical Group avisa de que las mujeres sedentarias se ven más afectadas por los efectos de la menopausia, y una vida sedentaria aumenta el riesgo de padecer algunos tipos de cáncer.

Por otro lado, llama la atención sobre el hecho de que el sedentarismo provoca ganancia de peso graso, disminución de la masa muscular, desarrollo precoz del deterioro articular, debilidad de partes blandas como tendones y ligamentos, contracturas musculares y dolores de espalda, desarrollo de enfermedad cardiovascular, aumento de la tensión arterial, de lípidos en sangre, descontrol de la glucosa, resistencia de la insulina, deterioro cognitivo, inestabilidad emocional, o depresión entre otros.

Entre otros beneficios del deporte, Durántez apunta a mejora de la capacidad cardiorrespiratoria, de la hipertensión, de la dislipidemia o de la diabetes mellitus, entre otros. «El ejercicio es la verdadera polipíldora. Está al alcance de todos, es gratis, y no tiene efectos secundarios. ¿Qué mejor inversión podemos hacer en nosotros mismos, en nuestra salud, que adquirir renovados hábitos de actividad física?», advierte.

CANTIDAD DE EJERCICIO PARA MEJORAR NUESTRA SALUD

Con todo ello, el doctor Ángel Durántez Prados señala que las recomendaciones sobre la cantidad de ejercicio indispensable para mejorar nuestra vida y convertirla en saludable, de acuerdo con la OMS varían en función de la edad:

 De 5 a 17 años la actividad física consistirá en juegos, deportes, desplazamientos, actividades recreativas, educación física, o ejercicios programados. Siempre dentro de un contexto familiar, escolar, o en las actividades comunitarias. El fin sería mejorar las funciones cardiorrespiratorias y musculares, así como la salud ósea, además de reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles. Se recomienda que, como mínimo, este grupo invierta 60 minutos diarios en actividades físicas de intensidad vigorosa. Y con un añadido: más tiempo, más salud.

Para los adultos: La actividad física a realizar consistirá en actividades recreativas o de ocio, desplazamientos (paseos a pie o en bicicleta), actividades ocupacionales (el trabajo), tareas domésticas, juegos, deportes, o ejercicios programados en el contexto de las actividades diarias, familiares, y comunitarias. El fin sería mejorar las funciones cardiorrespiratorias y musculares, y la salud ósea, así como reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles y la depresión.

Habría que dedicar como mínimo 150 minutos a la semana de práctica de actividad física aeróbica, de intensidad moderada, o bien 75 minutos de actividad física aeróbica vigorosa cada semana, o bien una combinación equivalente de actividades moderadas y vigorosas. Con el fin de obtener aún mayores beneficios para la salud, los adultos deberían aumentar hasta los 300 minutos por semana la práctica de actividad física moderada aeróbica, o bien hasta los 150 minutos semanales la actividad física intensa aeróbica, o una combinación equivalente de ambas.

En última instancia, el doctor en Medicina remarca que, de todos los pilares de la Medicina Preventiva para el envejecimiento saludable, «quizá el segundo más importante sea la actividad física y el ejercicio, sólo por detrás de una actitud positiva ante la vida, pero seguramente por delante de la nutrición, de los suplementos, del control de los tóxicos, del sueño o de la optimización hormonal».

A su vez, destaca que «nunca es tarde para empezar», e incluso los beneficios del inicio de la práctica deportiva se aprecian en nonagenarios, donde el entrenamiento de fuerza y el ejercicio en general producen «mejoras rápidas y significativas» de la fuerza y de la capacidad muscular.

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