DEPORTES

Iván Bragado y Discamino llegan a Roma. Hoy comienza el reto.

Anécdotas, anécdotas y más anécdotas en este cuarto día y último de ida con llegada a Roma.

Discamino ya está en Roma. La de ayer fue la última etapa de aproximación a la capital italiana para que hoy empiece el retorno en busca de esa hazaña que ha estado revoloteando en las cabezas de estos héroes que solamente con pensarlo da miedo. A ellos no se les resiste nada y el ejemplo de superación y entereza que demuestran segundo a segundo en sus vidas nos hace recapacitar a muchos en los malos momentos. Ahora, como se dice en estos lares, suerte y al toro. Así vivieron ayer la expedición comandada por Javier Pitillas la jornada previa al inicio del regreso.

DÍA 4°.- CALOR, CALOR Y MÁS CALOR

«Hoy hemos conducido desde Albissola Marina hasta Roma por la mañana y lo hemos hecho con las ventanillas abiertas y la música a toda pastilla. Hemos aprendido que los italianos conducen como los portugueses, o sea, a lo loco, que por más que abras la ventanilla y por más rápido que vayas, no vas a escapar del calor, que un mini-bocata de prosciuto cuesta 6 euros en un área de servicio de una autopista italiana, que en una autopista italiana puedes ir a 110 y al momento encontrar una señal de velocidad máxima a 60, que el mundo está medio loco y que debemos valorar más las cosas de casa porque fuera de ella no se está siempre mejor.
Poco más que añadir, salvo….

QUE hoy me he colado en un autobús de Roma sin pagar… antes de salir del albergue pregunto dónde se coge el bus para el Vaticano y la plaza de San Pedro. Me lo indican. Voy. Espero 20′ (el bus pasa cada 10′, pero….). Pregunto en la cola cuánto cuesta el bus. Me dicen que 1’50€. Los saco de la cartera y los pongo en el bolsillo, muy a mano. Llega el bus. Me subo junto a los otros 15 que esperaban en la parada. El bus parece una lata de sardinas. El conductor está cerrado en una caja de metacrilato. Miro alrededor y no veo donde pagar. Pregunto a un pasajero y me dice que el billete hay que comprarlo en los bares antes de subir al bus, pero que no me preocupe, que casi nunca suben los revisores. Viajo por el puñetero morro con las 3 monedas de 50 cts bien agarradas en la mano, por si acaso. La gente no baja del bus y el conductor sigue pagando y recogiendo viajeros. De locos.

QUE he viajado en un coche de 5 plazas con 6 personas más y 2 sillas de ruedas. 7 en total en el coche de Bárbara a toda leche por las callejuelas de Roma. Un rally en un coche atestado. De locos Bis. Eso sí, Bárbara un brava y eficiente conductora.

QUE el Iván dice que Italia es una mierda porque está llena de túneles y pierde la cobertura del móvil. Sin comentarios. Bueno sí, uno, que no piensa volver más. Ah, y otro más, que en la Liguria, de Veintimiglia a la Toscana, hay 152 túneles en la autopista».

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