
La Junta de Castilla y León ha mantenido este viernes un encuentro con los alcaldes de los municipios afectados por los incendios forestales del pasado verano. La reunión, celebrada en Zamora, estuvo encabezada por la vicepresidenta Isabel Blanco, quien destacó la importancia de explicar las líneas de ayudas y resolver dudas directamente con los regidores.
“Escuchar su sentir, escuchar sus experiencias y, muy importante, contarles las distintas líneas de ayudas”, señaló Blanco, quien recordó que el objetivo es que “ninguna persona, ninguna familia, ninguna empresa se quede sin ayuda porque no la conozca”.
El 20 de agosto se aprobó un acuerdo con 45 líneas de ayudas, que permanecen abiertas permanentemente y que se van ampliando semana a semana en los Consejos de Gobierno. Entre las más recientes, se encuentra un paquete de 100.000 euros dirigido a municipios que acogieron a personas desplazadas durante los incendios. En Zamora, estas bases de la Cruz Roja se instalaron en Camarzana, Alcañices, Benavente, Tábara y Puebla de Sanabria.
Las ayudas abarcan diferentes necesidades: 500 euros por familia desalojada, hasta 185.000 euros para reconstrucción de viviendas, 18.000 para reposición de enseres y 5.500 euros para ganaderos y negocios afectados, incluidos aquellos vinculados al turismo en zonas como Sanabria, donde bares, tiendas y restaurantes también sufrieron pérdidas.
Además, la Junta ha distribuido más de 4,8 millones de kilos de alimento para el ganado y ha puesto en marcha medidas específicas para agricultores y apicultores.
“Se trata de recuperar todas las zonas afectadas por los incendios, pensando siempre en las personas, en las familias y en los negocios”, remarcó Blanco. La vicepresidenta insistió en que el trabajo conjunto con los alcaldes será clave para que la información llegue a todos los vecinos y nadie quede excluido de estas ayudas.






