La población continúa en ascenso en Zamora capital pasando la barrera de los 60.000 empadronados

La capital zamorana suma 1.275 nuevos vecinos desde 2022, un crecimiento impulsado por la llegada de emigrantes sudamericanos que rejuvenecen y sostienen la economía local

La población de Zamora continúa creciendo tras años de pérdida de habitantes. Según los últimos datos del padrón municipal, la ciudad cuenta actualmente con 60.911 personas empadronadas, lo que supone 1.275 vecinos más que a finales de 2022, cuando la cifra se situaba en 59.636. Este aumento rompe la tendencia de descenso demográfico y confirma que Zamora empieza a recuperar población, en gran parte gracias a la llegada de emigrantes procedentes de Sudamérica.

El alcalde de Zamora, Francisco Guarido, ha destacado este dato con un mensaje claro y directo a través de sus redes sociales: “Es una realidad, y gracias a los emigrantes de Sudamérica. Ahora que nos toca sufrir el discurso de PP y Vox sobre la emigración, tenemos que decir alto y claro cuál es la realidad. Los emigrantes aportan y mucho a la economía de España y de Zamora. Es gente joven y la mayoría cotizantes a la Seguridad Social, y los que están en la economía sumergida también aportan en trabajos que nadie quiere hacer. Hay que luchar para que estas personas tengan un acomodo en nuestra sociedad y facilitar su regulación. Aportan mucho más de lo que puedan gastar en sanidad o servicios sociales. Esa es la realidad”, ha subrayado el regidor.

Los datos del padrón confirman esta tendencia. Zamora cuenta actualmente con 32.701 mujeres (53,69%) y 28.210 hombres (46,31%), manteniendo la proporción habitual, pero con un leve rejuvenecimiento en las franjas de edad más jóvenes. Los nuevos vecinos, en su mayoría trabajadores activos, están contribuyendo al sostenimiento económico de la ciudad y al mantenimiento de servicios públicos, colegios y comercios que dependen de una base poblacional estable.

En una provincia envejecida y con baja natalidad, la llegada de población extranjera representa una oportunidad de revitalización. Muchos de estos nuevos zamoranos han encontrado empleo en sectores como la hostelería, la atención a personas mayores, la agricultura o la construcción, ámbitos en los que se demanda mano de obra y donde su aportación resulta esencial.

El alcalde ha insistido en que la inmigración no debe verse como un problema, sino como una parte de la solución. Zamora, que durante años ha sido símbolo del despoblamiento, empieza a mostrar señales de recuperación demográfica gracias a quienes eligen esta ciudad para iniciar una nueva vida. Su trabajo, esfuerzo y contribución fiscal se han convertido en un motor silencioso que sostiene la economía local.

Con estos datos, Zamora se suma al pequeño grupo de ciudades de Castilla y León que logran aumentar su población, en un contexto general de pérdida de habitantes en la comunidad. Un crecimiento que, según Guarido, debe servir para “reflexionar sobre la importancia de la inclusión, la convivencia y el reconocimiento del valor social y económico de los emigrantes”.

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