DEPORTES

La lluvia obligó a Discamino a improvisar sobre la marcha

Discamino e Iván Bragado disponían ayer la tercera de las etapas de montaña de los Alpes con cambios de última hora que obligaron a la expedición a modificar el libro de ruta y cambiar de puerto por motivos de la lluvia que se espera. Aún así esfuerzo no faltó para llegar a los 2000 metros del coloso Col de la Madeleine.

Murphy llegaba de noche y se cebaba con un grupo que sufrió intensos dolores estomacales en muchos de sus componentes. “Hoy tocó la 3º etapa, para mí la más dura, porque pase una noche de perros por culpa de un virus estomacal. Aún así complete el puerto, y de que manera, gracias a mi piloto me daba ánimos y me enseñó a respirar cuando estás a límite de pulsaciones. 207 pulsaciones son una locura. Gracias a mi piloto Javier Pitillas«.

DISCAMINO-2019.12 … LOS ALPES … COL DE LA MADELEINE: ¿1.993 o 2.000 m DE ALTITUD? Por Javier Pitillas.

«No era el que tocaba, pero las circunstancias nos obligaron a cambiar. Una inoportuna lluvia anunciada para las 12:00 horas de la mañana de hoy nos hizo replantear el orden de los puertos. Según el dossier tocaba TELEGRAPH, pero, para encarar al que es el telonero de GALIBIER, hay que hacer un desplazamiento previo en furgoneta hasta su punto de inicio. Eso retrasa considerablemente la hora de comienzo de la ruta abocándonos a una casi segura mojadura. La gran ventaja de LA MADELEINE con respecto a cualquiera de los otros es que se empieza a pedalear en Le Bois Joli, nuestro camping, y eso nos aseguraba un ahorro de al menos una hora.
Salimos a las 8 en punto hacia los 1.993 m. de su cumbre, aunque luego, al llegar arriba, nos encontramos con una placa que decía LA MADELEINE 2.000 m.

Han sido 20 kms que se nos han hecho muy duros por varios motivos:
– el primero, sin ir más lejos, los propios 20 kms de subida que, desde luego, no son moco de pavo;
– el segundo, la pendiente media de casi el 8% con picos del 10 (9, ni más ni menos), del 12 (4), del 13 (2) y del 14% (otros 2);
– y el tercero, los problemas estomacales que sufrimos ayer unos cuantos del equipo: Iván, Calis, Borja y el que escribe.

Para esta jornada habíamos decidido darle descanso a Xabela porque es aún muy joven para meterse en el cuerpo la misma paliza que los mayores. A pesar de que dijo que no estaba cansada, acabó aceptando de buen grado su no participación en la etapa, máxime cuando supo que podría salir en el triciclo hasta que Olalla, su sustituta, bajara con José Luis Hermelo de dejar la furgoneta en el alto. Entre unas cosas y otras acabó pedaleando nada más y nada menos que 10 kms la condenada.

El reparto de parejas de hoy fue el que sigue:
Lino con Xabela y Olalla, Silvia y Miguel con Chema (media etapa cada uno y la otra media como bici de apoyo), Calis con Borja. Yo con Iván.

Cómo a Lino, Miguel y Calis les pareció que habían estado poco rato sobre las bicis y que el híperfrío que hacía no era peligroso, decidieron tirarse cuesta abajo a todo lo que les daban las piernas, las bicis y la pendiente. Según dijeron lo pasaron como enanos, a pesar del pinchazo de Lino antes de la estación de esquí de Longchamp.

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