
Los conductores que cada día trasladan a los alumnos del IES Los Salados están hartos de la situación en el cruce de la N-525, a la altura del estadio Luciano Rubio. A las horas punta, el tráfico se complica tanto que se forman atascos y situaciones de riesgo, tanto para los autobuseros como para los conductores que circulan por la zona, y, en consecuencia, para los escolares que viajan con ellos.
La solución lleva tiempo sobre la mesa: construir una rotonda que regule el tráfico y mejore la seguridad. Sin embargo, todo sigue parado en el Ministerio de Transportes, que tiene que aprobar el proyecto de construcción y sacar la obra a licitación. Mientras tanto, los autobuses escolares siguen atrapados cada día en el mismo infierno.
Los riesgos diarios que enfrentan los conductores
Los chóferes no ocultan su frustración. “La rotonda no es que haga falta, es que debería ser obligatoria. Tendría que hacerse por ley, porque lo estamos pasando muy mal todos los días”, afirma uno de los conductores entrevistados por Benavente Digital.
«Entramos con mayores, con instituto, sacamos pequeños… Señores políticos, debíais gastaros un poco de dinero en vez de chupar tanto el frasco, que eso sí se os da como Dios.» Comenta enfadado.
Otro conductor describe cómo, al intentar girar, deben ocupar los dos carriles debido al tamaño de los autobuses y al diseño del cruze: “Los coches no respetan, se meten entre el bus y el carril, y cualquier día puede pasar una desgracia”.
La sensación general es de abandono por parte del Ministerio: “Parece que están esperando a que haya un accidente grave para actuar”, «Cuando pase se llevarán las manos a la cabeza», critican.
Accidentes frecuentes y peligro para todos
Los testimonios coinciden: los accidentes en el cruce son frecuentes. «Cada mes hay un accidente ahí. Alguien sale, otro se quiere meter y no se ponen de acuerdo. Nos vendría bien una rotonda a todos, pero especialmente a nosotros, los conductores de transporte escolar,» señaló otro entrevistado.
El giro imposible hacia Los Salados
Si se circula por la N-525 desde Benavente en dirección Santa Cristina, no está permitido girar a la izquierda para acceder directamente a Los Salados. Los conductores están obligados a continuar hasta la rotonda más cercana, situada a más de un kilómetro, realizar el cambio de sentido y volver por el carril contrario hasta el punto de acceso.
En total, unos dos kilómetros adicionales —de ida y vuelta— para poder cruzar. “Tenemos que ir a dar la vuelta hasta el Mercadona y hacer toda la circunvalación para poder entrar aquí”, explican.
A esto se suma que muchos conductores particulares desconocen o ignoran las señales de prohibido. “Hay coches que se saltan la norma y giran donde no deben. Yo mismo he visto cómo intentan meterse mientras estoy parado, ocupando el carril. Les digo que no pueden, que hay una señal de prohibido, pero algunos lo hacen igual. Cualquier día va a pasar una desgracia”, relata un chófer.
Los conductores piden al Ministerio que aceleren la realización de la rotonda: “Estamos en tiempos de elecciones… pues a ver si así se acuerdan de nosotros”, ironiza uno de ellos.
Mientras tanto, el tráfico sigue aumentando en este punto y la paciencia de los conductores se agota. La rotonda del cruce de Los Salados no puede esperar más.






