Manganeses de la Lampreana despide con emoción a José y Tere, alma del Bar JB, en su merecida jubilación

Todo el pueblo se unió para rendir homenaje a 36 años de dedicación, cercanía y vida compartida

Manganeses de la Lampreana vivió el pasado sábado una de esas jornadas que quedan grabadas para siempre en la memoria colectiva del pueblo. Vecinos, amigos y representantes de distintas instituciones se reunieron para rendir un homenaje profundamente emotivo a José y Tere, que se jubilan tras 36 años dando vida al Bar JB y al Hotel Rural Altejo, dos lugares que han sido mucho más que un negocio: han sido hogar, refugio y punto de encuentro para generaciones enteras.

El acto estuvo marcado por el cariño sincero de todo el municipio, que quiso acompañarles en su despedida. El alcalde, Juan Carlos Bueno, tomó la palabra para expresar en nombre de todos lo que muchos sentían. Recordó cómo José y Tere llegaron “con una mano delante y otra detrás” y, a base de trabajo, sacrificio y constancia, levantaron lo que definió como “un imperio que se queda en el pueblo”. Destacó especialmente un valor que, según señaló, “no tiene precio”: el trato humano, cercano y siempre generoso que han ofrecido durante todos estos años.

En sus palabras también hubo reconocimiento para toda la familia, mencionando a Álex y Asier, sus hijos, siempre presentes ayudando los fines de semana, “sin una mala cara, siempre al servicio de la gente”. El alcalde admitió que el pueblo “pierde algo muy grande”, pero subrayó que ha llegado el momento de que disfruten de una vida que ha sido, como él mismo dijo, “trabajo, trabajo y trabajo”, ahora rodeados de su familia y del cariño que han sembrado.

Uno de los momentos más emotivos llegó con la entrega de los obsequios del Ayuntamiento y la lectura del mensaje que acompañaba el recuerdo: “En agradecimiento a todo el pueblo de Manganeses por haber dedicado vuestra vida y vuestras ilusiones a hacernos felices. Os deseamos mucha salud y todo lo mejor en esta nueva etapa, porque os lo habéis ganado. Os quedáis para siempre en nuestros recuerdos y en nuestros corazones”. Un texto que arrancó aplausos y más de una lágrima entre los asistentes.

Visiblemente emocionada, Tere tomó la palabra para agradecer el homenaje con una sencillez que conmovió a todos. “Me llevo el cariño en el corazón de muchísima gente y eso no se me va a olvidar en la vida”, afirmó, asegurando que ese afecto “vale más que todas las horas de trabajo”. Unas palabras que resumen perfectamente lo que ha significado su trayectoria para el pueblo.

La despedida tuvo también un sabor especial. Los vecinos pudieron degustar por última vez algunas de las tapas más queridas del Bar JB, como las cachuelas, la tapa más emblemática y reconocida del lugar, además de chipirones y patatas, elaboradas como siempre, con ese toque que solo da la experiencia y el cariño.

Entre abrazos, aplausos y recuerdos compartidos, quedó claro que José y Tere no se van del todo. Su historia, su esfuerzo y su cercanía permanecerán para siempre en la memoria de Manganeses de la Lampreana, un pueblo que les despidió como solo se despide a quienes han formado parte de su alma.

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