
Efectivos de la Patrulla del Seprona de Veguellina de Órbigo (León) han llevado a cabo varias actuaciones en cotos de caza de la región con motivo de la época de celo de los ciervos, conocida como berrea, cuando los animales son más vulnerables y visibles.
Durante estos operativos se han detectado incumplimientos graves de la normativa de caza en Castilla y León, que han sido puestos en conocimiento del Servicio Territorial de Medio Ambiente.
Cazadores pillados por Seprona
A comienzos de octubre, la patrulla del Seprona vigilaba un coto de la zona de la Valduerna cuando interceptó un vehículo que circulaba muy despacio por el monte.
En su interior viajaban dos cazadores, residentes en Extremadura, que portaban armas de caza y dos monoculares térmicos, uno oculto entre los asientos y otro en el maletero dentro de una mochila. Estos dispositivos están prohibidos para la caza en Castilla y León, lo que constituye una infracción grave según la Ley 4/2021.
Ciervo macho sin precinto
En el municipio de Truchas, los agentes localizaron un vehículo tras escuchar disparos en un coto de caza. La inspección del maletero reveló:
- Un arma de caza.
- Una cabeza de ciervo macho sin precinto reglamentario.
- En las inmediaciones, el cuerpo del animal despiezado.
Además, durante una verificación rutinaria, se identificó a otra persona con antecedentes por infracciones de caza, que transportaba varias partes de dos ciervos (cuartos traseros, paletillas y lomos) sin documentación que acreditara su procedencia legal.

Consecuencias legales y sanciones
Las conductas detectadas son tipificadas como graves en la Ley 4/2021, de Caza y Gestión sostenible de los recursos cinegéticos de Castilla y León, con sanciones que incluyen:
- Multas de 2.000 a 10.000 euros.
- Retirada de la licencia de caza entre uno y tres años.
- Indemnización del valor del animal: en el caso del ciervo macho, 5.000 euros por ejemplar.
Estas medidas buscan proteger la fauna durante la berrea y garantizar la legalidad en la actividad cinegética.






