
Tras una larga y ejemplar trayectoria en el mundo de la hostelería, Nino y Juli, dos de los rostros más queridos y reconocidos del restaurante El Ermitaño de Benavente, se jubilan dejando tras de sí una huella imborrable. Su profesionalidad, entrega y cercanía con los clientes han sido durante años una parte esencial de la experiencia gastronómica que distingue al establecimiento zamorano.
El chef Pedro Mario, al frente de El Ermitaño, compartió en sus redes sociales un mensaje público de agradecimiento y cariño hacia ambos. En su publicación, acompañada de una fotografía junto a Nino y Juli, el cocinero quiso rendirles homenaje recordando los años de trabajo compartido, las anécdotas y los momentos vividos en equipo.
Décadas de dedicación y excelencia
Durante su trayectoria, Nino, jefe de sala, destacó por su elegancia, su trato impecable y su compromiso con el servicio, convirtiéndose en un referente de la atención al cliente en la provincia de Zamora. Por su parte, Juli se distinguió por su constancia, su sensibilidad y su vocación por hacer que cada visita al restaurante fuera una experiencia especial.
Ambos han sido ejemplo de profesionalidad y pasión por la hostelería, dos valores que han contribuido de manera decisiva al éxito y la reputación de El Ermitaño Benavente, reconocido con una estrella Michelin y dos Soles Repsol.
Un adiós que es también un homenaje
El equipo del restaurante, junto a Pedro Mario y Óscar Pérez, ha querido subrayar que esta despedida no es un adiós, sino un homenaje a dos personas que han formado parte esencial de su historia. “Aquí siempre tendréis vuestra casa”, concluye el mensaje del chef, reflejando el espíritu familiar y humano que caracteriza a El Ermitaño.
La jubilación de Nino y Juli marca el cierre de una etapa, pero también celebra una vida dedicada con pasión al arte de servir y hacer felices a los demás.






