Proponen declarar Bien de Interés Cultural la tradición de “pingar el mayo” en Castilla y León

Los socialistas registran en las Cortes de Castilla y León una Proposición No de Ley para proteger esta costumbre ancestral que pervive en decenas de pueblos de la comunidad.

La tradición de pingar el mayo en Castilla y León podría recibir un nuevo impulso institucional. El procurador del Grupo Parlamentario Socialista, José Ignacio Martin Benito, ha registrado en la Mesa de las Cortes una Proposición No de Ley (PNL) para que la Junta inicie los trámites de declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) de carácter inmaterial de esta práctica popular que ha sobrevivido al paso de los siglos.

Una costumbre con raíces ancestrales

El pingado del mayo —también conocido como plantar el pino o la viga— es una de las costumbres más extendidas en el medio rural castellano y leonés. Se celebra principalmente en primavera, aunque en muchos pueblos también en verano, e implica a toda la comunidad.

El ritual consiste en cortar un árbol, generalmente un pino, despojarlo de ramas y levantarlo en la plaza del pueblo, adornado con cintas, banderas o peleles. Antropólogos como J.G. Frazer o Mircea Elíade han interpretado esta tradición como un vestigio de antiguos cultos a la vegetación y al espíritu del árbol.

Del folclore a la identidad comunitaria

El mayo no es solo un símbolo festivo, sino también un acto de cohesión social. En muchos pueblos son los quintos quienes se encargan de izarlo, aunque en los últimos años también participan las quintas, reforzando el carácter comunitario.

La tradición está presente en provincias como Ávila, Burgos, León, Palencia, Salamanca, Segovia, Soria, Valladolid y Zamora, con variantes locales. En lugares como Fuentesaúco (Zamora), el mayo se levanta con carros tradicionales y la ayuda de todo el vecindario. En Hontoria del Pinar (Burgos) está reconocida como Fiesta de Interés Turístico Regional.

En la comarca de Benavente, además, los peleles que coronan el mayo suelen incorporar mensajes reivindicativos o satíricos, convirtiéndose en un reflejo de la actualidad social y política.

El valor cultural y legislativo

La Ley 7/2024 de Patrimonio Cultural de Castilla y León reconoce expresamente los usos sociales, rituales y actos festivos como bienes inmateriales a proteger. Para los procuradores socialistas, el mayo encaja plenamente en esta definición y merece protección institucional.

La PNL registrada solicita a la Junta que inicie el procedimiento administrativo para otorgar al mayo la categoría de Bien de Interés Cultural inmaterial, lo que supondría reforzar su protección, promoción y transmisión a las generaciones futuras.

Un patrimonio vivo en el siglo XXI

Lejos de desaparecer, la tradición del mayo ha experimentado en los últimos años un proceso de recuperación gracias a asociaciones culturales y vecinales. Ejemplos como la Asociación La Panzuela en Pobladura del Bernesga (León) o la Asociación Raíces de Fuenteencalada (Zamora) demuestran cómo la sociedad civil ha sido clave para mantener viva esta costumbre.

La propuesta socialista busca ahora que la administración autonómica se sume a ese esfuerzo colectivo, reconociendo oficialmente que el mayo es mucho más que una fiesta: es identidad, memoria y patrimonio compartido.

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