
El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, ha generado un notable malestar en la comarca de Sanabria tras sus declaraciones sobre la reducción de frecuencias de tren de alta velocidad en la estación de Otero de Sanabria. Durante una reciente comparecencia, Puente defendió la decisión del Gobierno asegurando que los cambios han supuesto una mejora en el servicio global, aunque reconoció que «a nadie le gusta» perder paradas.
El ministro recordó que la estación se encuentra en un núcleo de apenas 400 habitantes y que Puebla de Sanabria apenas supera el millar, por lo que, según sus palabras, “eran muy pocas personas las que usaban estas frecuencias”. En este sentido, explicó que la supresión de dos paradas —una de ida y otra de vuelta— permitió disponer de trenes más directos hacia Galicia, lo que se tradujo en un incremento del 40% en el número de viajeros en la línea desde mayo.
“Lo paradójico —señaló Puente— es que en Puebla de Sanabria también ha aumentado el número de usuarios a pesar de tener menos paradas, gracias a la adaptación de los horarios”.
Según el ministro, los nuevos horarios han favorecido sobre todo al turismo.
Sin embargo, el punto que más críticas ha suscitado fue su afirmación de que la alta velocidad “no es un elemento de vertebración de la España vaciada” ni un servicio público, sino un transporte comercial pensado para competir con el avión y el coche en grandes áreas de población. “Si el tren de alta velocidad para en todas partes no es competitivo”, insistió.
Las declaraciones han sido recibidas con indignación en la comarca. Para muchos, las palabras de Puente confirman lo que consideran un abandono institucional hacia las zonas rurales, que ven en la alta velocidad una oportunidad perdida para su desarrollo económico y social.






