COMARCA

«Solo soy otro más en la lista, un enfermo de Covid-19, nada de delincuencia» explica un positivo

Un vecino de una localidad de la comarca hace llegar a Benavente Digital un escrito refiriendo sus cuitas como positivo de la COVID-19.

La carta remitida se reproduce literalmente:

Queridos… queridos todos!

Pienso que nos estamos pasando!! La pandemia se soluciona con médicos, virólogos, científicos no con guardia y represión policial. Zapatero a tus zapatos…

Que después de cinco días no me llame nadie para decirme que soy uno nuevo, otro más a la larga  lista, un positivo en covid-19… Ni tan siquiera sepan de mí. Que me tenga que preocupar de todo yo, desde un primer momento, desde el minuto uno que yo lo sé que estoy enfermo, porque me llama mi contacto estrecho, no ellos; porque después de enfadarme y averiguarlo, me dicen en una llamada, que ha debido de haber un fallo con mi historial o un extravío de papeles y no he podido ser rastreado por eso… Es una autentica vergüenza.

Por desgracia, vivo con mis padres, unas personas mayores y nobles, a las cuales por nada del mundo las quiero contagiar.

Me consigo hacer las pruebas al quinto día. Después de lidiar y enfadarme una y otra vez. Al  día siguiente, por fin, llega la confirmación, que yo ya sabía y había informado por teléfono tras varias llamadas a diferentes números (112, Covid-CYL, urgencias de Benavente, centro de Camarzana de Tera) los cuales nadie sabía nada o no querían saberlo y se pasaban la bola unos a otros. O  eso me parecía a mí, porque a veces hay que hacerse el tonto. Pero ya basta.

Una vez que la confirmación llega por parte de un médico (al sexto día), todo son llamadas y visitas por parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado a mi domicilio, ya sean militares, policía municipal o guardia civil, como si de un delincuente se tratara.

Solo soy otro más en la lista, como decía antes, un enfermo de Covid-19, nada de delincuencia.

La única respuesta que he visto hacia mi enfermedad es represión y falta de mi libertad. Nada de preocupaciones médicas (quitando un par de llamadas de  algún médico despistado, quizá porque no son bastantes y no dan a bondo) ni analgésicos, ni nada. Y, la enfermedad no me la soluciona un policía.

Es una vergüenza, que si he hablado con algún facultativo-médico, es porque yo lo he llamado y he revuelto Roma con Santiago, sino nadie se preocupa por mí, que no nos cuenten milongas, quitando las fuerzas y cuerpos del Estado que me acosan, todos los días, y no pintan nada en esto, yo pienso. Porque como dicen ellos, son unos mandaos y hacen lo que les mandan, nada más, sin saber si van o vienen.

Me comunican que soy positivo. Me llama un rastreador (militar) y me dice que le diga los contactos que he tenido en 48 horas previas. Ninguno, le dije, solamente mis padres, que ya llevo 5 días de cuarentena porque había estado en contacto con un positivo. El cual me había informado de lo sucedido; que tenía que estar en casa, que me llamarían los rastreadores, que no me alarmase, etc.…  Todo ese cuento, cuando tienes Covid-19. Pero nada.

El rastreador tampoco me dio ninguna solución.  Me dice que no me junte con nadie, ni con mis padres (a buenas horas, con los cuales ya llevo 5 días cruzándome por casa) y que ya me llamaría un médico u otro rastreador para empezar a evaluar el caso tanto mío como el de mis padres, posibles futuros enfermos.

Pasan las horas y no recibo llamada. Me empiezo a poner nervioso y llamo YO al centro médico, ¡¡cómo no!! (Por nada del mundo quiero que mis padres se contagien, vuelvo a repetir). Tras varias llamadas y cabreado de nuevo, me dan cita para que mis padres se hagan la prueba al día siguiente, de la cual reciben contestación 3 días más tarde y, porque YO llamé, de nuevo, para preguntar por ellos. Porque, al ser fin de semana, estaban un poco colapsados, me responden. Lo que me da que pensar que los pobres médicos no son bastantes pero militares, guardia civil y policía sobran.

Me gustaría que cada día me llamara un médico o alguien que sepa de lo que habla y detrás de lo que anda, y se preocupe un poco por esto, no un policía, que el pobre hombre anda mas despistado… así nos va. Que te llamen todos los días al timbre de tu casa o al teléfono, como si de un delincuente se tratara, porque lo único que te piden es que te identifiques, no te dan ni los buenos días… ¡no es plato de buen gusto! Y eso no lo quiero ni para mí, ni para nadie. Porque todo el mundo se merece que lo traten bien, como partícipe de un sistema sanitario digno, “dentro de un estado de bienestar” (será para ellos), al cual contribuimos todos. No como una sucia y apestada rata de un sistema policial en el que nos vemos sumergidos. Solo les importa que estés callado, enfermo en tu casa y no contagies a nadie, hasta que tu enfermedad te mate o logres pasarla, porque eres fuerte y tus defensas más fuertes que tú y,  no has tenido ninguna complicación. Pero sin molestar. Si se complica y te mueres, que es lo más normal en estos casos, da igual.

Pienso que nos estamos pasando y tenemos que plantearnos cambiar un poco; porque si queremos curarnos necesitamos médicos, si queremos educarnos, profesores, etc.… ¡y no tanto cuerpo de policía suelto! ¡La letra con sangre ya no entra y las “pestes” no se curan solas!!

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