
El incendio en Sanabria ha generado tristeza y disgusto entre vecinos, visitantes y amantes de la naturaleza. Las llamas han arrasado extensas zonas del paisaje, dejando un panorama que muchos describen como “una pena en un entorno tan bonito”.
La pérdida de un tesoro natural
Las declaraciones recogidas en redes sociales reflejan el dolor colectivo: “Tanta destrucción de nuestro pulmón sanabrés me deja noqueado y sin palabras. Jamás pensé que algo así podría ocurrir, especialmente después de ostentar la categoría de Parque Natural”.
El incendio no solo ha afectado la vegetación, sino también los recuerdos y raíces personales de quienes han vivido toda la vida en la comarca. Muchos lamentan que la protección de este espacio no haya sido suficiente para evitar la tragedia.
La necesidad de conciencia y acción
Entre el humo y la ceniza, los vecinos destacan la contradicción de que un espacio protegido se haya quemado “como un zarzal junto a la autopista”. La catástrofe pone de relieve la importancia de cuidar los parques naturales y de invertir en medidas preventivas para proteger nuestros ecosistemas.
José, que viaja desde Barcelona para visitar a su familia en Sanabria, resumió el sentimiento de muchos: “Quiero volver al pueblo, si puedo, quiero volver”. La esperanza de reconstruir lo perdido convive con la tristeza por la devastación que ha sufrido este emblemático territorio.
El llamado de la comunidad
El parque natural de Sanabria sigue siendo un símbolo de belleza y riqueza natural, pero el incendio deja una lección clara: la protección activa y la prevención son esenciales para preservar nuestros paisajes y la vida que albergan.







Mi padre era de Santibañez de Vidriales, aunque yo nací en Madrid donde mis padre emigraron desde el pueblo, Vidriales es mi tierra, mis raíces y tengo el alma rota por ver con impotencia cómo se destruyen los lugares de mi infancia. Mi pueblo y su entorno siempre ha sido mi refugio al que acudo siempre que puedo. Fuerza Zamora volveremos a resurgir.