
Una vacuna experimental, llamada ELI-002 2P, ha mostrado resultados prometedores en un ensayo clínico de fase 1 contra el cáncer de páncreas y el cáncer colorrectal con mutación en el gen KRAS, una alteración genética frecuente y de difícil tratamiento.
El estudio, liderado por la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) y publicado en la revista Nature Medicine, indica que esta vacuna podría retrasar o prevenir la reaparición de estos tumores, considerados entre los más agresivos.
Mutación común en tumores agresivos
Las mutaciones en KRAS se encuentran en el 20-25% de todos los cánceres y son especialmente frecuentes en el cáncer colorrectal (50%) y en el adenocarcinoma ductal pancreático (93%). Estos tumores, incluso tras cirugía y tratamiento estándar, tienen alta probabilidad de recaída.
La vacuna ELI-002 2P se administra por vía subcutánea, actúa sobre los ganglios linfáticos y está diseñada para atacar específicamente las mutaciones G12D y G12R de KRAS.
Resultados del ensayo
En el estudio participaron 25 pacientes (20 con cáncer de páncreas y 5 con cáncer de colon) que habían sido operados y aún presentaban restos mínimos de enfermedad.
- 84% de los pacientes (21 de 25) desarrollaron potentes respuestas inmunitarias contra KRAS tras el tratamiento.
- En el seguimiento a 19,7 meses, el 71% mantuvo respuestas inmunes sostenidas de células CD4+ y CD8+.
- En los pacientes con mayor respuesta inmune, la supervivencia libre de recaídas aún no se había alcanzado, lo que sugiere un beneficio prolongado.
- El 67% desarrolló defensas contra otras mutaciones tumorales, lo que podría ampliar la acción antitumoral.
Un avance contra un objetivo “difícil”
“Atacar KRAS se ha considerado durante mucho tiempo uno de los retos más difíciles en la terapia contra el cáncer”, afirmó el doctor Zev Wainberg, primer autor del estudio, destacando que este enfoque “entrena al sistema inmunitario para reconocer y combatir las mutaciones que inducen el cáncer”.
El tratamiento incluye una serie inicial de seis dosis administradas en ocho semanas, seguida de un periodo de observación y cuatro dosis de refuerzo. Los pacientes fueron monitorizados hasta dos años para evaluar seguridad y eficacia.
Próximos pasos
Los investigadores consideran que la vacuna podría mejorar la supervivencia y reducir las recaídas en pacientes de alto riesgo, aunque advierten que es necesario validar los resultados en ensayos más amplios. Ya está en marcha un ensayo de fase 2 para confirmar su eficacia.






