El campo de fútbol «La Rosaleda» en Benavente, abierto a toda prisa por el anterior equipo de gobierno de coalición PSOE/IU antes de las elecciones, no deja de deparar sorpresas por doquier. El agua no evacúa como debiera, encharcándose el césped en algunas zonas. Y por si el deficiente drenaje no fuera poco, se suman los añadidos del vallado, tanto en su diseño como en su cimentación.
Baste apuntar que Benavente Digital advertía entonces al anterior concejal de Deportes, Fernando Marcos, y con ocasión del primer riego de pruebas del campo de juego, sobre las balsas de agua que se originaban. Una circunstancia a la que el entonces responsable municipal no le daba importancia apuntando a que ello era debido a una «deficiente regulación en el riego automático». Por si esto fuera poco, se le advertía también de las consecuencias que ello podría acarrear al campo de juego.
El informe de los servicios técnicos municipales, solicitado por la Concejalía de Deportes, es demoledor.
Sobre la red de drenaje el informe concluye que el campo de futbol dispone de una red de drenaje ejecutada con anterioridad a la adecuación efectuada. Esta red en forma de espina de pez abarca toda la superficie del campo de juego. En las últimas obras ejecutadas, una de las actuaciones realizadas fue la nivelación del terreno de juego ya que el campo presentaba un desnivel este-oeste de -1,25 m. Con la nivelación realizada se consiguió alcanzar un desnivel este-oeste de – 0,50 m aproximadamente, no pudiendo alcanzar la total nivelación longitudinal (desnivel 0,00) del terreno de juego.
Debido a este desnivel, el campo tiene una cadencia natural de acumular el agua superficial de la lluvia sobre el fondo (portería) oeste. Con el fin de ayudar, a la red de drenaje existente, al drenado del agua
superficial, se diseñó una canaleta de recogida de agua que va instalada a lo largo de dicho fondo oeste.
Más aún, como consecuencia del asentamiento del terreno por la compactación natural del mismo han aparecido ligeros hundimientos sobre la superficie del campo, formándose charcos en casos de lluvias abundantes y se produce un ligero hundimiento del terreno.
Desde los servicios técnicos municipales se propone a la Concejalía de Deportes que requiera a la empresa constructora la subsanación de los problemas detectados, ya que se está aún en plazo de garantía al no haberse cumplido un año.
El informe técnico se refiere también a la cimentación del vallado, apuntando a que el vallado perimetral de la parcela se encontraba antes de la última actuación realizada por la empresa constructora, disculpando a ésta de los problemas.
En todo caso, se apunta a un diseño inicial del vallado mal planteado al haber diseñado la cimentación del murete de la valla a cota del nivel de calle y no a cota de la superficie final de la parcela, que se encuentra a cota inferior (Desde desnivel 0,00 en calle Antonio Machado a desnivel -1,70 aprox. en calle Camino Patacorines). Se ejecutó la cimentación sobre taludes del terreno existentes en la parcela, quedando por encima de la superficie de la parcela, de tal forma que al realizar la nivelación de la superficie del campo la cimentación quedó al descubierto por la banda de la calle Antonio Machado. La cimentación se consideró que no presentaba problema al encontrarse a suficiente distancia de la línea de banda del campo de futbol (sobre 2,50 m desde la línea de banda, la norma fija 1,5 m de ancho de
banda libre de obstáculos), sin embargo, ante la queja de los usuarios del campo, que ven en la cimentación un potencial peligro al poder caer sobre ella y provocar una lesión o golpe en la cabeza durante las disputas del balón, se debería «proceder a proteger la cimentación realizando las siguientes actuaciones, con el fin de evitar posibles lesiones», concluye el informe técnico.
