Los de Oscar Sánchez y Pichi rendían visita al líder de la liga, Unionistas de Salamanca, con el difícil reto de sacar algo positivo y que por contra se encontraron con un equipo que aprovecho el paso de los minutos para acabar imponiendo su ley.
El partido empezó con un ritmo alto e intenso en el que ambos equipos se alternaban el dominio del juego. Rápidamente los visitantes asestaron el primer golpe al marcador en el minuto 4 mediante una gran jugada rápida en la que recibía Isco en banda derecha, descargaba con Perico y este ponía un centro perfecto que Mito cabecearia a la red. A partir de ahí comenzaba un intercambio de golpes en cuanto ocasiones que empezaba con un mano a mano de Vega que no acertó a embocar y hubiera supuesto el 0-2 y a la vuelta de esa gran oportunidad los locales lograban la igualada y solo se llevaban 15 minutos de juego.
La primera parte continuaría por esos derroteros y fruto de ello los locales lograban ponerse por delante gracias a una gran jugada individual por la banda izquierda en la que está vez Mario no pudo hacer nada para evitar el tanto. Justo antes del descanso, los blanquiazules gozaron de otro mano a mano, esta vez protagonizado por Isco que podría haber supuesto el empate pero que no logro convertir y así llegando al medio tiempo con el 2-1.
La segunda parte fue otra historia totalmente, ya que el cuadro salmantino subió una marcha más logrando doblegar a los benaventanos imponiendo su poderío físico y su condición de invicto logrando 3 goles más y así completando la manita. Pudo maquillar el resultado el Racing en acciones aisladas pero la falta de efectividad lo hizo inevitable y no pudo alterar el 5-1 final.
Derrota justa aunque excesivamente abultada que junto a los resultados de la jornada hacen que el equipo descienda al sexto puesto pero manteniendo las distancias con el cuarto puesto.
Sin tiempo para lamentaciones el equipo se mide el domingo al Villamayor de Salamanca que ocupa la cuarta plaza, por lo que se antoja como un partido vital para seguir en la pelea y no decir un adiós casi definitivo a cumplir el objetivo.
