PROVINCIA

Homenaje de la Diócesis de Zamora a don Gildo por sus 60 años de ministerio sacerdotal

El que fuera párroco de Santa María del Azogue de Benavente celebró sus bodas de platino sacerdotales en la festividad de San Juan de Ávila

La Diócesis de Zamora celebró este martes 10 de mayo, en el día de la festividad de San Juan de Ávila, su Jornada Sacerdotal, con la eucaristía presidida por el obispo, una conferencia titulada “Las cuatro cercanías del papa Francisco, como herramientas para el ministerio” y una comida donde se ha homenajeado a los cuatro sacerdotes que celebran sus aniversarios de ordenación entre los que se encuentra el que fuera párroco de Santa María del Azogue de Benavente, Leovigildo Martin, popularmente conocido como don Gildo.

La jornada ha servido para conmemorar la memoria litúrgica de San Juan de Ávila, patrono del clero secular español, y momento en el que la diócesis de Zamora ha celebrado su Jornada Sacerdotal, comunican desde la Diócesis de Zamora.

Un momento de encuentro festivo del clero que ha incluido la celebración de las bodas de platino (60 años de ministerio) de Leovigildo Martín (Villaveza de Valverde, 1937) y las bodas de oro de: Pedro Rosón (Monfarracinos, 1947), Jesús Calvo (Palacios del Pan, 1946) y el claretiano Francisco Matilla.

Los actos comenzaron a las 11 horas, con la eucaristía presidida por el obispo, Fernando Valera, en la iglesia de San Andrés, y a continuación tuvo lugar el espacio formativo que impartió el rector del Teologado de Ávila en Salamanca, Gaspar Hernández.

El obispo en su homilía ha querido agradecer de manera especial el servicio y entrega de los sacerdotes que cumplían sus aniversarios sacerdotales: “gracias por el don del sacerdocio en esta iglesia que peregrina en Zamora, que se reúne esta mañana para celebrar su santo patrón; gracias por el rostro concreto de los que hoy celebráis 60 años y 50 años de sacerdocio”.

Monseñor Valera reconoció en S. Juan de Ávila al santo que muestra a todos los sacerdotes el camino del seguimiento de Cristo. El santo se ancló en la verdad y, tal y como reconociera Benedicto XVI, se hizo «referente cualificado para la Nueva Evangelización”. Hoy los sacerdotes deben sentirse especialmente agradecidos y gozosos por el don sobrenatural de «la confianza y la llamada a responder al amor de Dios, en el ejercicio del ministerio». Pidió el obispo a los sacerdotes que se hagan parte del pueblo para servir a sus gentes y lo hagan de manera particular «celebrando la Eucaristía, sin prisas, muchas veces, con lágrimas, con profunda devoción, puesto que se nos comunica la incorporación a Cristo y a la justificación» (Ser. 58, 329s). Recordó el obispo que «la Santísima Virgen, a quien San Juan de Ávila siempre recuerda durante los sermones eucarísticos, es el punto de referencia para comprender y vivir el misterio de Cristo presente, inmolado y comunicado a la Iglesia y a cada creyente en particular».

La jornada ha finalizado con la comida de hermandad en la que los sacerdotes han recibido un obsequio y los homenajeados una ovación especial por parte del resto de presbíteros.

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