Las panaderías tradicionales españolas necesitan un relevo generacional para continuar con su legado. La escasa oferta de formación reglada que pueda asegurar el reemplazo a largo plazo podría poner en peligro una profesión artesana básica en la vida de toda la ciudadanía.
Según datos oficiales de la Junta, el número de negocios dedicados a la panadería actualmente es de 1.045. Desde 2008, ha habido oscilaciones en las que la variación interanual de negocios ha sido de hasta un 3,63% menos. Esta tendencia podría llevar a largo plazo a la desaparición de este oficio artesanal.
“A día de hoy veo como mi panadería tiene un futuro incierto, no sé si alguien seguirá con el negocio cuando me retire”, explica Pedro Lobato, de la Panadería Simancas de Valladolid. “Ello supone una tristeza, para mis clientes y para la profesión, que se va perdiendo poco a poco tras varias generaciones”, concluye.
Se da la circunstancia, además, que la tasa de desempleo de menores de 25 años en Castilla y León es del 33,4%. Una cifra superior a la media española, que con el 39,9% es la más alta de la UE, muy por encima de Portugal (24,6%), Suecia (24,1%), Luxemburgo (22%) y Eslovaquia (20,8%). Esta problemática se extiende de forma transversal a todos los sectores y resulta un problema grave para la sostenibilidad de la economía nacional a medio y largo plazo.
Para evitar una escasez de panaderías en el futuro, Pan de Masa Lenta MUM ha unido fuerzas con Fundación Adsis para impartir formación de panadería en España. Los cursos arrancarán en 2021 y darán cobertura a alumnos en riesgo de exclusión socioeconómica en España.
