Los tres ganaderos con explotaciones intensivas radicadas en Santibáñez de Tera y que se han visto afectados por el gran incendio de Losacio que llegó a arrasar buena parte del Valle del Tera, expresan su impotencia al no recibir forraje y paja para el ganado cuando por activa y por pasiva por parte de los responsables de la Junta se ha venido señalando que se volcarían con los ganaderos, así como con el resto de sectores afectados por los incendios.
No es el caso de estos tres ganaderos de vacuno, en ganadería intensiva, de Santibáñez de Tera. Su preocupación se incrementa al ver que tras casi 4 meses del incendio en el que vieron arrasadas por las llamas las medas con toneladas y toneladas de paja, las promesas de los responsables de la Administración Autonómica se han quedado en nada. Tanto para Pilar Álvarez, Alfonso Sastre y Alberto Miguélez, una regentando una explotación con 240 animales, el otro con 750 y Miguélez un centenar, sienten el abandono en que les han dejado, a la par de criticar la gestión de la distribución del suministro de alimentos para el ganado.
En declaraciones en exclusiva para Benavente Digital y Televisión Benavente y a pocas horas de haber comparecido en las Cortes de Castilla y León Alfonso Fernández Mañueco para hacer balance de los incendios, los ganaderos de Santibáñez de Tera muestran su preocupación. El presidente de la Junta se refirió en su intervención en sede parlamentaria a las líneas de ayudas emprendidas desde los primeros momentos de los incendios. Unas medidas, como dijo, de apoyo a la ganadería extensiva. Mañueco incidió en que se había declarado de emergencia el abastecimiento alimentario del ganado, apoyando el suministro de paja y forraje y la disposición de bebederos de agua a los ganaderos afectados.
Para Pilar Álvarez, arropada por su cuñado Ceci, y de sus compañeros ganaderos, Alfonso y Alberto, no es de recibo lo que está haciendo la Junta, a la vez que expresa su gran decepción. «Nos han dejado abandonados. A nosostros no nos están ayudando nada», señala Pilar advirtiendo, además, del encuentro que mantuvo la semana pasada con la delegada territorial de la Junta y la directora general de Agricultura y Ganadería saliendo sorprendida de la respuesta que se le dió. «Yo fui a la reunión pensando que nos iban a decir que nos ayudarían, pero mi sorpresa fue todo lo contrario, que las ayudas eran solo para las ganaderías extensivas, no intensivas. La directora general me dijo que con lo que consumía la ganadería intensiva se le iba todo el dinero que tenía, pues que lo repartan equitativamente porque yo creo que tenemos el mismo derecho que todos los ganaderos afectados», explica reiterando que se sienten indiscriminados y abandonados.
Estos ganaderos recibieron tras el incendio los primeros suministros de paja, durante la primera semana llegó a Santibáñez de Tera un camión de paja, en la segunda semana medio camión y en la tercera semana otro camión, «eso para los tres» señala Alberto apuntando a creer que se debió a las prisas de los primeros días y por eso critica la gestión de la entrega que la califica como «miseria». «Vamos que nos lo dieron, pero no nos correspondía. Nosotros hemos quedado abandonados y hemos perdido mucho dinero. Al final saldremos adelante con nuestro esfuerzo pero no con las ayudas que dan», refiere este ganadero.
El que más se ha visto perjudicado es Alfonso, ya que su explotación con 750 cabezas contaba con suficientes provisiones, pero se le han llegado a quemar unos 50 camiones de paja, es decir unos 18.000 o 20.000 kilos de paja por cada camión, a lo que hay que sumar 2 silos de maiz y otros 2 silos de beza, más los gastos derivados. «Me parece vergonzoso que Caja Rural haya destinado 500.000 euros para repartir a parte proporcional entre los ganaderos y nosotros que trabajamos los tres con esta Caja, se los repartió la Junta y eso está muy mal gestionado», no duda en señalar el ganadero.
«Al principio vinieron unas migajas obligados por los medios de comunicación. Ellos -refiriéndose a la Junta- dicen que están suministrando alimento a todos, y esto no es cierto», explican.
A toda esta situación que deben afrontar los ganaderos se le viene a sumar el bajo rendimiento de la producción derivado de los bajos precios de la leche, de los elevados costes de la energía y de todo lo demás. «Al final, lo que hacemos es meter un pie y sacar otro. Y así toda la vida. Es una vergüenza lo que nos están haciendo».
Bueno, pues le han suministrado pues como a los ganaderos de intensivo de la zona, en los que me incluyo. Un camión de paja. Que está mal repartido pues tienen razón, no a sido equitativo el reparto, pero ni en intensivo ni en extensivo, yo el forraje no lo he visto, y los medios de comunicación dicen que la junta a repartido nose cuantas toneladas, pues a mi no me a llegado nada…