
En esta jornada de martes de Carnaval, la Dirección General de Patrimonio de la Consejería de Cultura y Turismo, a través del BOCyL, hace público el expediente de declaración de «Las Mascaradas de Castilla y León», como Bien de Interés Cultural de carácter inmaterial. El expediente que se encuentra en tramitación se somete ahora a información pública por un periodo de un mes a partir de mañana miércoles 2 de marzo con el fin de presentar alegaciones.
El Desempadrinamiento de Bercianos de Aliste, La Vaca Bayona en Almeida de Sayago, La Filandorra en Ferreras de Arriba, El Zangarrón en Montamarta, La Vaquilla o los Cencerros en Palacios del Pan, La Vaca Antrueja en Pereruela de Sayago, La Obisparra en Pobladura de Aliste, El Tafarrón en Pozuelo de Tábara, Los Carochos en Riofrío de Aliste, El Atenazador en San Vicente de la Cabeza, La Visparra en San Martín de Castañeda, El Zangarrón en Sanzoles, Los Diablos en Sarracín de Aliste, Mascaradas en Corpus Christi en Tábara, La Vaca en Villabuena del Puente, Los Carnavales en Villanueva de Valrojo y El Pajarico y El Caballico en Villarino tras la Sierra.

Con la denominación de Mascaradas en Castilla y León, se agrupan un conjunto excepcional, diverso y complejo de manifestaciones festivas que se celebran en pequeñas comunidades rurales de la Comunidad de Castilla y León, en las que la máscara se configura como elemento definidor del personaje ritual que interviene e interactúa con otros personajes, convecinos o espectadores, en diversas escenificaciones o representaciones de carácter teatral.
El ámbito territorial en el que se desarrollan estas manifestaciones culturales, tiene lugar en las provincias de Ávila, Burgos, León, Palencia, Soria y Zamora, dentro de un contexto territorial más amplio que incluye otros lugares de la Península Ibérica y otros países europeos.
El origen de estas celebraciones, es controvertido. Mientras que para algunos investigadores estaría relacionado con rituales prerromanos vinculados con las prácticas agrícolas y ganaderas ligadas con los ciclos de la naturaleza y con las inquietudes espirituales y la necesidad de asegurar cosechas y animales, para otros su origen estaría directamente vinculado a las festividades heredadas de la cultura romana –Kalendas de finales de año, festividades Lupercales y Saturnales– y posteriores tradiciones europeas. Con independencia de la pervivencia de algunos de estos ritos, las mascaradas son fruto de su propia evolución a lo largo del tiempo, de las circunstancias socio-culturales e históricas vividas y por supuesto del influjo del cristianismo.
Las mascaradas son ritos públicos con un carácter benefactor, que propician la abundancia y el renacer de la vida, siempre portadoras de mensajes unificadores e inclusivos, de prosperidad, tolerancia, autoestima, armonía, resolución de conflictos, que suponen un importante refuerzo de la identidad en estos pequeños núcleos rurales, en grave riesgo de desaparición. Se trata de un simbolismo complejo que ha ido variando a lo largo del tiempo.
Las mascaradas son celebraciones festivas en las que se concentran una gran cantidad de significados y elementos simbólicos tanto de carácter inmaterial como material.
La celebración de las mascaradas supone alboroto, ruido, desorden, carreras y persecuciones, gritos, pequeños golpes y acciones amenazantes, relacionadas con un importante conjunto de componentes inmateriales.
Música, relatos, poesías, cuestaciones o petición de aguinaldos y comidas comunitarias; danzas, especialmente las conocidas como danzas de paloteo, en las que se golpea la tierra como símbolo del trabajo para garantizar su fertilidad; declamación de coplas, cantares, relatos con un sentido narrativo, informativo o con un sentido crítico y sarcástico, integran también estas festividades con múltiples variantes según las localidades.
Las mascaradas simbolizan un rito de paso de la juventud a la vida adulta, una implicación en la comunidad mediante la realización de trabajos agrícolas y el mantenimiento de instalaciones comunes, actividades que identifica a la colectividad y que les une con sus antepasados, recogiendo la memoria y las prácticas culturales que han visto y en la que han participado desde niños y que a su vez transmitirán a las generaciones siguientes. Tradicionalmente eran unas fiestas que organizaban los jóvenes, los mozos o los denominados quintos, en una representación de las actividades fundamentales del pueblo, como rito de paso a la vida adulta en la que estos jóvenes son validados y legitimados por la propia comunidad para dar continuidad a la vida y a la historia del lugar en el que nacieron ellos o sus antepasados.
Gran parte del significado simbólico y de la vistosidad de estas celebraciones festivas está vinculado con la variedad de objetos que se utilizan como cauce para expresar o representar una idea, una emoción, una visión o una concepción del entorno natural, del mundo espiritual o de la comunidad social de sus protagonistas.
La máscara receptora del espíritu y energía de los antepasados, es el elemento indispensable y definitorio de estas celebraciones. Detrás de la máscara la persona que la porta desaparece, se transmuta para relacionarse con la divinidad.
En algunas localidades esta máscara ha sido sustituida por el rostro pintado que cumple las mismas funciones y simbolismo. Los colores predominantes son el negro y el rojo como símbolo de lo demoniaco y de la sangre y la vida, respectivamente.
Las máscaras se elaboran con distintos materiales, corcho, cuero, madera, hojalata y se complementan con diferentes adornos, pieles, crines y pelos de vaca y cuernos o colmillos, y también cintas de colores o retazos de trapos.
El recubrimiento del rostro se acompaña de una indumentaria especial a la que se unen diversos objetos simbólicos como cencerros, esquilas y campanillas, matracas, carracas y elementos fustigadores como pelotas en el extremo de una cuerda, fustas, ganchos, tenazas articuladas, trallas o sacudidores, palos, zambombas, varas de mimbre, zurriagos, varas con pellejos de animal, sobeos, castañuelas, espadas de madera, vejigas hinchadas de cerdo, tridentes, tornaderas, cachas, colas de trapos. Instrumentos amenazantes como cuernos, teas encendidas, maza, o materiales que se lanzan o arrojan a los espectadores como ceniza, paja, harina, salvado, sal, agua, barro. En otros casos se trata de objetos para pintar o rozar.
Todos estos elementos utilizados en las mascaradas están ligados con el entorno y se han interpretado como elementos propiciadores de la fertilidad o como purificadores, y conforman junto a los gestos, persecuciones o gritos, el ambiente sonoro característico de la celebración. En algunos casos se ejecutan melodías musicales con instrumentos cercanos, flauta o dulzaina, atabal, tamboril, tambor o bombo.
En las mascaradas intervienen diferentes y distinto número de personajes. En primer lugar los diablos, que aparecen con distintos nombres como Zangarrones, Zamarrones, Zarragones, Zarrones, Zaharrones, Cigarrones, Botargas o Birrias, entre otros, y se les considera como representantes del mal que atacan y se defienden con diversos instrumentos. Su representación como ser sobrenatural lo relaciona con la figura del demonio cristiano, pero también con un ser mítico intercesor entre los vivos y los muertos.
Estos personajes malignos suelen tener una pareja femenina, que en algunas comarcas se denomina Filandorra o Hilandera, por llevar huso y rueca. En algunas localidades se interpreta como la mujer del diablo y en otras ocasiones como una mujer de mala vida o como madre soltera acompañada de un soldado protector o vigilante o como bruja acompañante del diablo.
Estos personajes malignos suelen ir acompañados de personajes secundarios, los Galanes, Madama, Bailador y Bailadora, Novio y Novia. Representan la bondad y el bien, bailando en diferentes momentos o realizando caricias o simulaciones de acto sexual, como símbolo de propiciatorio de la fertilidad.
En este grupo está también la Pareja del Ciego y su Lazarillo, que suele denominarse Molacillo o Criado. Se dedican a cantar coplas y cantares con referencias a los sucesos acontecidos a lo largo del año con tono satírico o burlesco y a veces, también intentan venderlas mendigando por la localidad. También se representa la figura del labrador y el pastor como representantes de ritos propiciatorios de la fertilidad de la tierra y los animales, como la vaca y la vaquilla.
OBJETO DE LA DECLARACIÓN:
La transmisión oral, la identidad de los miembros de la colectividad, las acciones que se representan, los personajes que intervienen, la indumentaria y objetos utilizados, la música, los sonidos, el espacio en el que se desarrollan, el marco temporal, el protagonismo de la comunidad, la diversidad de símbolos y significados, la pervivencia a lo largo de la historia y la vitalidad actual, constituyen una relación sintética de los contenidos de estas celebraciones y rituales festivos, que constituyen el objeto de esta declaración.
El papel de las mascaradas en la cohesión e identidad de la colectividad, el contenido simbólico y la complejidad de significados de estas manifestaciones festivas, su continuidad histórica y vinculación con la elaboración de mitos y ritos, la diversidad de expresiones creativas, desde las representaciones callejeras hasta la elaboración y mantenimiento de máscaras y trajes, la transmisión de músicas, danzas, la creación de personajes, son las condiciones y características que determinan la importancia y relevancia de estas celebraciones. Pero sobre todo es la participación y cooperación en la organización y mantenimiento de estos rituales festivos por parte de los vecinos de estos pequeños núcleos rurales, los que a través de asociaciones han conseguido la pervivencia, vitalidad y carácter dinámico de estas festividades, su salvaguarda y continuidad.
Cada mascarada tiene sus propias características y distintos grados de arraigo y reconocimiento en cada una de las localidades y en su conjunto constituyen manifestaciones culturales vivas, representativas de la identidad de diversos colectivos vinculados a poblaciones rurales, con un importante contenido simbólico e integradas por un conjunto de acciones que potencia la cohesión social y muestra la riqueza creativa transmitida a lo largo del tiempo.
Las mascaradas han evolucionado a lo largo del tiempo y continúan evolucionando sin perder su esencia, adaptando los rituales festivos a los actuales modos de vida, en función de la propia estructura y organización social, modos de vida y de interrelación entre las personas.
RELACIÓN DE LAS MASCARADAS EN CASTILLA Y LEÓN
Se incorporan a la presente declaración el conjunto de mascaradas que tienen lugar en la Comunidad de Castilla y León, mantenidas y conservadas a lo largo de la historia, que abajo se relacionan.
| DENOMINACIÓN | MUNICIPIO | COMARCA | PROVINCIA | FECHA DE CELEBRACIÓN |
|---|---|---|---|---|
| Los Zarramaches | Casavieja | Casavieja | Ávila | 3 de febrero. |
| Los Cucurrumachos | Navalosa | Navalosa | Ávila | Domingo de Carnaval. |
| El Colacho | Castrillo de Murcia | Castrillo | Burgos | Domingo de Corpus Christi. |
| Nuestra Señora de las Nieves | Espinosa de Los Monteros | Las Machorras | Burgos | 5 de agosto. |
| El Antruejo | Carrizo | Carrizo | León | Variable, entre inicio de año y Cuaresma. |
| El Apostolado | Laguna de Negrillos | Páramo Leonés | León | Domingo de Corpus Christi. |
| El Antruejo o los Guirrios | Llamas de la Ribera | Alto Órbigo | León | Domingo gordo o de Carnaval. |
| Mascaradas en Corpus Christi | Pobladura de Pelayo García | Páramo Leonés | León | Sábado de Corpus Christi. |
| La Zafarronada | Riello | La Omaña | León | Sábado de Carnaval. |
| Los Toros y Guirrios | Sardonedo | Alto Órbigo | León | Domingo de Carnaval. |
| El Antruejo o los Guirrios | Velilla de la Reina | Alto Órbigo | León | Sábado y Domingo de Carnaval. |
| Mascarada en Corpus Christi | Cevico de la Torre | Cerrato | Palencia | Domingo de Corpus Christi. |
| La Barrosa | Abejar | Pinares | Soria | Martes de Carnaval. |
| El Zarrón | Almazán | Almazán | Soria | San Pascual Bailón. 17 de mayo |
| La Vaca Bayona | Carbellino de Sayago | Sayago | Zamora | Sábado de Carnaval |
| Los Cencerrones | Abejera | Aliste | Zamora | 1 de enero. |
| Desempadrinamiento | Bercianos de Aliste | Aliste | Zamora | Variable, tiene lugar en las bodas |
| La Vaca Bayona | Almeida de Sayago | Sayago | Zamora | Domingo gordo, lunes y martes de Carnaval. |
| La Filandorra | Ferreras de Arriba, | Tierras de Tábara | Zamora | 26 de diciembre. |
| El Zangarrón | Montamarta | Tierra del Pan | Zamora | 1-6 de enero. |
| La Vaquilla o Los Cencerreros | Palacios del Pan | Tierra del Pan | Zamora | Domingo de Carnaval. |
| La Vaca Antrueja | Pereruela | Sayago | Zamora | Martes de Carnaval. |
| La Obisparra | Pobladura de Aliste | Aliste | Zamora | 15 de agosto. |
| El Tafarrón | Pozuelo de Tábara | Tierras de Tábara | Zamora | 26 de diciembre. |
| Los Carochos | Ríofrío de Aliste | Aliste | Zamora | 1 de enero. |
| El Atenazador | San Vicente de la Cabeza | Aliste | Zamora | 11 de agosto |
| La Visparra | San Martín de Castañeda | Sanabria | Zamora | 5 de enero. |
| El Zangarrón | Sanzoles | Tierra de Vino | Zamora | 26 de diciembre. |
| Los Diablos | Sarracín de Aliste | Aliste | Zamora | 1 de enero. |
| Mascaradas en Corpus Christi | Tábara | Tierras de Tábara | Zamora | El Corpus y el Carmen. |
| La Vaca | Villabuena del Puente | Toro | Zamora | Viernes y sábado de Carnaval. |
| Carnavales | Villanueva de Valrojo | Comarca de Tábara | Zamora | Domingo gordo, lunes y martes de Carnaval. |
| El Pajarico y el Caballico | Villarino tras la Sierra | Sierra de la Culebra | Zamora | 26 de diciembre. |






