Entre cuadros, entre obras de una artista de la tierra, entrevistamos a Mercedes Fidalgo, Mer Fidalgo, la artista del lápiz, de la minuciosidad y del detalle en sus obras.
Mer Fidalgo es, nada más y nada menos, que una de las artistas más reconocidas de la zona, de los dibujos a lápiz. Sus obras impregnadas del más puro realismo constituyen el alma mater de esta autodidacta nacida en Santa Cristina de la Polvorosa y con una amplia trayectoria expositiva pictórica que se vio suspendida por motivos de la pandemia. «El confinamiento me ha dado mucho de si. He sido muy productiva al tener más tiempo en casa y sacar adelante las obras que tenía comprometidas», explica Mer.
Hasta la Monumental de las Ventas dejó aparcada «sine die» una muestra expositiva de la artista quien apuesta por retomarla una vez que se termine de una vez con toda esta situación sanitaria por culpa del coronavirus. Confirmadas están ya exposiciones en Alicante, en Chiclana de la Frontera o en Jerez. Antes de que sus obras lleguen a estas salas, han recorrido ya un periplo por su tierra natal, Santa Cristina de la Polvorosa, por Benavente en el Centro Cultural Soledad González, Casa Solita, en la sala del castillo de la villa de Puebla de Sanabria e, incluso, en la Casa de Zamora en Madrid.
La autodidacta Mer traza con delicadeza y con todo detalle a los maestros de la tauromaquia, del cante, o dibuja a lápiz animales con el realismo que marca su mano. Personajes del mundo taurino como Morante de la Puebla, Rafael de Paula, Roca Rey y, sobre todo, a su maestro por excelencia, al villalpandino Andrés Vázquez, recientemente galardonado con el Premio tauromaquia de Castilla y León. «Ya era hora», advierte Mer refiriéndose al preciado galardón del maestro taurino. Su obra a lápiz era como «una deuda que tenía consigo misma». La minuciosidad en los trazos, la delicadeza se aprecia en sus retratos resaltando el pelo de cada uno de los personajes plasmados en sus obras. «Me gusta mucho el pelo, me encanta», señala con vehemencia la artista apuntando los rasgos más característicos en sus obras, las cejas, los ojos, las arrugas del rostro, de las manos, los pliegues en la ropa. Hasta el detallismo sin par en los pendientes o el micrófono que sujeta la cantante Sole Ridaura, esa sevillana de pro que compartió su alma juvenil con tierras bañezanas.
Personajes del mundo taurino, «porque me encanta este arte», resume Mer con toda sencillez su gran afición por los toros. «Soy muy taurina, aunque en estos tiempos parece difícil decirlo, me gusta mucho lo tradicional, lo de aquí me gusta trasladarlo en mis obras». Las raíces de esta artista del dibujo se traducen allá por donde se acerca. Es una artista de la tierra, de las que ya se habla y se hablará, porque llega a conectar en sus obras con el personaje hecho arte. Sus modelos son fotos, «porque tener delante una persona posando es casi imposible y más aún si es un animal», se refiere a una liebre reflejada con el realismo más puro. «Todo en ella es pelo» refiriéndose a la minuciosidad de la capa corpórea del animal reflejada en el dibujo.
Si Mer se ha hecho a sí misma, sus primeros pinitos, a los seis años, fueron con la pintura acudiendo a clases en Benavente. Sin embargo, fue hace pocos años cuando a través de un conocido que impartía clases en Salamanca el dibujo a lápiz le abrió las puertas de su verdadera vocación. «Hay muchísima diferencia entre la pintura al óleo y el dibujo a lápiz, de este último se tienen más detalles». Esto lo dice quien ha manejado con soltura el pincel y maneja el lápiz con maestría.
