Vecinos, usuarios de la calzada y alcaldes han venido reclamando durante dos décadas una intervención en el puente de Santa Marta de Tera para mejorar la seguridad vial.
Si hay algún puente en la provincia de Zamora sobre el que se haya vertido el mayor flujo de tinta escrita y en los últimos tiempos a través de caracteres digitales, será el de Santa Marta de Tera. Ese viejo viaducto sobre el que discurre el agua del caño del molino o de Melquíades como también se denomina al histórico cauce que se nutre en el requiebro del río Tera en Camarzana, atravesando Santa Marta a los pies del antiguo monasterio románico, para unirse de nuevo a su fuente madre en las inmediaciones de un pequeño azud de piedras, aguas abajo del puente que delimita Santa Marta y Santa Croya.
La estrechez de la calzada que soporta este puente, el deterioro de sus pilastras y, más aún, de sus barandillas, han sido objeto de demanda durante décadas para su reparación o ampliación tanto por conductores, vecinos e, incluso, de ambos regidores, de la Entidad Local de Santa Marta y del municipio de Santa Croya. Más aún, el riesgo para la seguridad de la circulación ha sido objeto también de denuncia durante años ante la Diputación Provincial y la Subdelegación del Gobierno. Por el peligro para la seguridad vial y de los peatones, en especial los peregrinos que han de atravesar el viaducto en su itinerario por el camino mozárabe sanabrés.
Han sido muchas las quejas de las que se ha hecho eco en numerosas ocasiones este redactor, durante años y años, y coincidiendo con cualquier intervención realizada en el puente, en sus análisis técnicos, pruebas de carga, anclajes de barandillas o instalación de biondas y todo ello barajando la posibilidad de la ampliación del tablero del viaducto. Ha sido ahora, el 9 de noviembre de 2022, cuando la Junta de Gobierno de la Diputación ha decidido tomar el toro por los cuernos aprobando la redacción del proyecto de construcción de no sólo un nuevo puente, sino de dos que sustituirán al del caño del molino y al segundo puente construido con dos vanos en su origen pero que fue reconstruido en los años setenta del pasado siglo con un tablero de dos vigas.
No un puente, sino dos, son los que construirá la Diputación como adelantó esta mañana Benavente Digital, para permitir una amplitud de esta carretera que enlaza Santa Marta con su vecina Santa Croya. Una calzada, la ZA-P-1508, que entronca en la N-525, en el casco urbano de Santa Marta, atraviesa Santa Croya y Villanueva de las Peras y enlaza con la ZA-P-1509 del Valle de Valverde, así como a la salida de Santa Croya es atravesada por la ZA-P-2547 de Vega a Aguilar de Tera. La institución provincial ha aprobado la redacción del proyecto por un importe de 45.000 euros, como publicó este medio. https://www.benaventedigital.es/aprobada-la-redaccion-de-proyecto-para-construir-dos-puentes-entre-santa-marta-y-santa-croya-de-tera/
El Área de Obras de la institución provincial y tras sopesar distintas alternativas optó por la sustitución de ambos puentes construyendo nuevos viaductos.
En base a su estado y tras un estudio en profundidad realizado por técnicos del Área de Obras en el que se han considerado diferentes alternativas, la Diputación ha descartado la opción de la rehabilitación integral y se ha optado por una sustitución integral de ambos puentes que contarán con dos carriles, arcén y aceras en cada margen. El proyecto para el que se ha encargado su redacción, además de la construcción de los dos nuevos puentes, contemplará la demolición de los dos existentes, así como la posible construcción de desvíos provisionales para mantener el tráfico en el periodo en el que duren las obras.
UNA BREVE MEMORIA DE LAS REIVINDICACIONES:
Año 2006, dentro de la campaña de la Diputación de inspección visual de algunos puentes de la zona norte de la provincia y concretamente en el de Santa Marta, «se observaron algunas deficiencias, como el socavado de pilastras y algunos apoyos que estaban descarnados». Así lo expresaba entonces el responsable de carreteras de la institución provincial. A partir de entonces se realizaron algunas intervenciones de refuerzo. En el interín se sucedían las críticas llegando a exigir por parte del diputado provincial socialista y del procurador regional Martín Benito que los técnicos del Área de Obras emitieran urgentemente un informe.
Año 2006, el entonces alcalde de la Entidad Local Menor de Santa Marta de Tera, Heliodoro Tábara, ya declaraba públicamente que venía manteniendo, desde hacía tiempo, conversaciones con el presidente de la Diputación y con el responsable de Obras para dar con la mejor solucción posible al puente, argumentando la estrechez de la calzada en ese tramo de una carretera con notable densidad de tráfico
Octubre de 2007, el alcalde de Camarzana, Tomás Vega, el teniente de alcalde de Santa Croya, Manuel Alonso, el concejal de Santa Marta, Andrés Vega y los diputados provinciales socialistas, José Luis Ferrero y Rosa Muñoz, así como el procurador regional de este partido, José Ignacio Martín Benito, reivindicaron la construcción de un nuevo puente debido a «la estrechez y el lamentable estado» de la vieja infraestructura por la que circulan camiones de hasta 40 toneladas, cuando hace años estaba limitada su velocidad a 15 toneladas.
Marzo, día 6, del 2009, la empresa Inzamac, encargada por la Diputación, procedió a realizar las pruebas de carga de la plataforma del puente con el fin de fijar el límite de carga a la circulación de vehículos. Unas pruebas desarrolladas en tres fases, mediante camiones vacíos, de media carga y con un máximo de 22 toneladas utilizando para ello un vehículo pesado cada vez debido a que los vanos son cortos.
Año 2010, agosto, un centenar de peregrinos se concentró en el puente de Santa Marta para reclamar el arreglo de la infraestructura atendiendo al espíritu de Santo Domingo de la Calzada como impulsor y constructor de puentes y calzadas en la ruta jacobea durante el siglo XI.
Año 2013, el ya fallecido alcalde de Santa Marta, Jonathan Martín, remitía escritos a Subdelegación y a la Diputación, reclamando la reparación de las barandillas del puente por el peligro que entrañaban. En el primer caso porque la seguridad de la circulación rodada corresponde atenderla a la Subdelegación del Gobierno y, en el segundo caso, porque la titularidad de la calzada y del puente es de la institución provincial.
En noviembre de 2014 ya se exigía públicamente la instalación de una valla de seguridad en el terraplén junto al puente. El vecino de Santa Marta, Nazario Ballesteros, ya venía reclamando desde hace años la instalación de la barrera de seguridad.
En el año 2015, el 10 de noviembre, la Junta de Gobierno de la Diputación aprobó una partida de 9.051 euros para reparar la barandilla e instalar una barrera de seguridad debido al terraplén existente a la entrada del puente
1 de febrero de 2016, conductores y vecinos criticaron la reparación de las vallas en el puente, calificando de «chapuza» la intervención de soldadura de los anclajes.
En la primavera del 2018 y coincidiendo con el repintado de las barandillas del puente sobre el rio Tera entre Santa Marta y Santa Croya, los usuarios de la vía y vecinos reclamaron la sustitución de la barandilla del viejo puente. Una reivindicación a la que se sumaba también el alcalde de Santa Marta, José Esteban Vega.
21 de mayo 2021, el vicepresidente primero de la Diputación y responsable del Área de Obras, José María Barrios, aludiendo a la comarca de los Valles en la que se halla el mayor número de puentes, adelantaba el estudio de los puentes, incluido el de Santa Marta de Tera.
