La noche del Jueves Santo en Benavente volvió a estar marcada por la lluvia. Los pronósticos que avecinaban precipitaciones recurrentes durante toda la Semana Santa, no están dando un respiro a las cofradías. Los organizadores de la procesión de la Santa Vera Cruz esperaron hasta el último minuto con la esperanza de salir a la calle. Sin embargo las predicciones del radar no dejaron margen para la esperanza: la lluvia persistiría más allá de las nueve de la noche, obligando a suspender la procesión.
Aún así, la fe y el compromiso con la tradición persistieron, encontrando una nueva vía de expresión en el interior de la iglesia de San Juan del Mercado. El programa alternativo concebido por la cofradía se convirtió en un oasis de espiritualidad en la noche lluviosa. Se proyectaron vídeos de procesiones pasadas, producidas por Televisión Benavente, que mostraron a todos los presentes las imágenes que originalmente habrían desfilado por las calles.
En la penumbra de la iglesia, estas imágenes evocaron recuerdos y emociones, reviviendo momentos de fervor y devoción compartidos por la comunidad a lo largo de los años. A través de esta ventana al pasado, la esencia de la procesión se mantuvo viva.
Acompañando estas imágenes se organizaron seis momentos de meditación y poesía, un pasaje para cada uno de los pasos que originalmente habrían desfilado por las calles: la Santa Vera Cruz, la Oración en el huerto, el Ecce Homo, Jesús Nazareno, el Redopelo, y la Virgen de la Soledad. En la penumbra del recinto sagrado, cada oración y poema resonó con un eco de reverencia y reflexión, acompañado por los acordes solemnes de la banda de música Maestro Lupi.
Una oración especial fue dedicada a los enfermos de Benavente, recordándolos en este día de recogimiento y fe. Finalmente, la entonación de la salve llenó el recinto con las voces de todos los presentes, elevando plegarias de esperanza y agradecimiento en medio de la lluvia que aún persistía afuera.
