LOCAL

Un órgano del siglo XVIII, un jesuita, un joven toresano y un cura que no desistió

Tomás Calero, párroco actual de Santa María del Carmen de Renueva desde 1989, se encontró a su llegada a Benavente con un órgano de finales del siglo XVIII totalmente abandonado. A petición suya, fueron unos músicos locales, los hermanos Calderón, los que iniciaron el trabajo de recomposición. Autodidactas, estudiaron otros órganos de la zona y fueron capaces de hacer un trabajo que, a la postre, ha sido decisivo para su puesta a punto definitiva. Su tarea concluyó en la década de los 90 y, desde entonces, el párroco buscó ayuda institucional para ultimar el proyecto de restauración, pero sus esfuerzos fueron baldíos porque se encontró con todas las puertas cerradas. No obstante, Don Tomás, como le conocen en Benavente, no desistió y siguió buscando soluciones.

Fue el 8 de septiembre de 2021 cuando aparece la figura del padre Fermín Trueba, jesuita del convento de Villagarcía de Campos. El padre Trueba es un amante de estas joyas musicales a las que ha dedicado buena parte de su vida. Por sus manos han pasado otras importantes restauraciones en Castilla y León. Y en cuanto conoció el viejo órgano de Benavente quiso poner sus conocimientos al servicio de su restauración. Cabe destacar que el Padre Trueba desarrolló esta complicada tarea sin ningún ánimo de lucro, por amor a la Iglesia y a la música, y que fueron más de 25 jornadas de minucioso trabajo presencial en Benavente y otras muchas horas las que tuvo que dedicar pacientemente en su convento. Y el esfuerzo mereció la pena. Hoy, terminada la obra, el Padre Trueba se siente orgulloso porque cumplió con su promesa personal: que el órgano de la parroquia estuviera a punto en torno a la festividad del Carmen del 2022. Y, efectivamente, el pasado 17 de septiembre fue el domingo elegido para la puesta de largo del instrumento. 

David García Calvo, joven toresano que estudia Historia y Ciencias de la Música en la Universidad de Valladolid y preside la Asociación Cultural “Amigos del Órgano de Zamora”, fue el encargado de interpretar el concierto de puesta de largo del órgano parroquial. Este joven músico ha recibido clases de organistas como Bruno Forst, Andrés Cea, Juan de la Rubia, musicólogos como Ángel de la Lama y organeros como Joaquín Lois y Federico Acitores. Fue un extraordinario concierto que hizo vibrar al centenar de asistentes al templo benaventano.

Don Tomás contempla hoy el resultado de su empeño personal: recuperar una pieza musical cargada de historia que sonorizó miles de celebraciones litúrgicas en Benavente. Al esfuerzo y tenacidad de Don Tomás, hay que añadir la colaboración de la Asociación Cultural “Ledo del Pozo”, entidad que adquirió con fondos propios el motor que sustituye al original fuelle de aire.

Tres décadas después de su llegada a Benavente, este párroco, con algo más de 80 años, ha visto cómo el órgano barroco que encontró desahuciado en las dependencias parroquiales, ha recuperado la brillantez que hace más de dos siglos le diera Esteban de San Juan, el maestro constructor al que se le atribuye la pieza. La historia del órgano de la parroquia del Carmen de Renueva es un ejemplo de que lo importante es no rendirse nunca, de que hay personas capaces de compartir sus conocimientos sin esperar nada a cambio y de que la virtuosidad y la juventud pueden ir de la mano. Ojalá que cada vez que resuenen sus 339 tubos, además de disfrutar con la belleza de la música, los benaventanos recuerden estas lecciones que Don Tomás ha sabido orquestar con mucha paciencia y sin desfallecer nunca.

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