Durante cuatro días, los estudiantes de primero de bachillerato del IES León Felipe tuvieron la oportunidad de sumergirse en la rica historia y cultura de Europa Central en su viaje de fin de curso a la ciudad de Praga.
El viaje comenzó en la icónica Plaza Wenceslao, donde el reloj astronómico dio la bienvenida al grupo con sus intricadas piezas y su historia milenaria. La exploración de la Plaza de la Ciudad Vieja y el Barrio Judío sumergió a los estudiantes en las capas de historia que conforman la identidad de Praga. Allí visitaron la Iglesia de Santiago y la imponente Iglesia de Tyn.
El segundo día llevó a los estudiantes a las alturas de la ciudad, donde el Castillo de Praga los recibió con sus muros centenarios. La Catedral de San Vito y la Callejuela de Oro los transportó a tiempos pasados de magia y misterio. Entre los jardines del Palacio de Wallenstein y los mensajes de paz del Muro de John Lennon, los jóvenes comprendieron la importancia de preservar la historia y celebrar la diversidad cultural.
Una visita al Campo de Concentración de Terezín recordó a los estudiantes la fragilidad de la humanidad y la importancia de recordar el pasado para construir un futuro mejor. De regreso en Praga, la Torre de Petrín ofreció una vista panorámica de la ciudad, donde el río Moldava serpenteaba entre los edificios históricos de esta ciudad milenaria.
En el último día de su viaje, los estudiantes exploraron el lado más contemporáneo de Praga, siguiendo las huellas de las provocativas esculturas de David Černy. Desde la Torre de la Pólvora, contemplaron una última vez la ciudad que los había acogido con tanto cariño. Con souvenires en mano, se despidieron de Praga con el corazón lleno de recuerdos que atesorarán para siempre.
