En la III Asamblea General de la España Vaciada, realizada en Priego en septiembre, más de setenta plataformas provenientes de veintiocho provincias decidieron apoyar la manifestación ciudadana coordinada por Aliente, Alianza Energía y Territorio, que tendrá lugar este sábado en Madrid bajo el lema “Renovables sí, pero no así”.
En la España Vaciada, compuesta por 160 plataformas y entidades, son conscientes de que el proceso de la implantación de grandes macroproyectos de centrales eólicas y fotovoltáicas afecta exclusivamente a las zonas rurales, la mayoría en la España Vaciada.
Aseguran que las empresas interesadas buscan grandes extensiones de suelo en estas zonas, donde los pequeños ayuntamientos carecen de técnicos propios para analizar los estudios presentados y sus recursos son escasos para hacer frente al volumen y complejidad de los mismos. Además, inciden en que los presupuestos de estos consistorios son muy limitados, se enfrentan a un grave problema de despoblación y los mensajes de los promotores de estos proyectos se centran en la repercusión económica de los ingresos para las arcas municipales, “olvidando una verdadera valoración de su impacto paisajístico, sin estudios acerca del impacto económico sobre los sectores que ya desarrollan con éxito su actividad en el territorio, como el turístico, la agricultura y la ganadería extensiva, y ocultando efectos adversos como la depreciación de fincas y viviendas cercanas a estas centrales”.
Aseguran que los estudios ambientales presentados por los promotores “son muy deficitarios y engañosos”, y que sus paisajes y espacios naturales “están en riesgo por la implantación desordenada que se está llevando a cabo, a veces sobre parajes naturales de protección especial con grandes posibilidades como recurso de desarrollo”. Valoran que “se trata de una invasión abusiva de nuestros montes y sierras para el beneficio especulativo de grandes empresas”, y reclaman que es necesario que “el Gobierno y las comunidades autónomas realicen urgentemente una ordenación y planificación con criterios de exclusión rígidos, y que tengan en cuenta la afección a todos los sectores económicos de los territorios”.
“Ni la repercusión económica, ni el empleo es tal como cuentan”
En cuanto a la necesaria transición energética, para la España Vaciada “sería injusto que se pretenda que nuestros territorios carguen con todo el peso, que se utilicen como recurso a explotar para después trasladar la energía a las zonas más desarrolladas, en otro nuevo proceso de colonialismo como los que ya hemos sufrido”. Valoran que estas promotoras no contribuyen al desarrollo de esta parte del país, “aquí se concentran los inmensos aerogeneradores y grandes superficies llenas de placas fotovoltaicas, pero está demostrado que la repercusión económica es escasa para el territorio, sin apenas generar empleo en el mismo y destruyendo otros muchos”. Destacan que está comprobado que generan más despoblación, puesto que en las localidades donde ya se han instalado se ha acelerado la pérdida de población”.
Las renovables como oportunidad para el medio rural
Para los colectivos que forman la España Vaciada, la implantación de renovables debería ser una oportunidad de desarrollo, sin embargo, aseguraron que el modelo que se está proponiendo dista mucho de esta posibilidad. “La oportunidad pasa por fomentar la generación distribuida que permita que ayuntamientos, cooperativas agrarias o colectivos de las zonas rurales puedan desarrollar proyectos de consumo colectivo, sirviendo como recurso beneficioso para las comunidades locales, y generando más empleo en sus provincias”.
Recuerdan que un desarrollo racional de la generación de energías renovables permite la proximidad a los lugares de consumo, reduciendo las pérdidas de transporte de energía, y de esta forma “no es necesario poner a unos territorios al servicio de otros”.
Por todos estos motivos, muchas personas de la España Vaciada estarán en Madrid mañana en la manifestación con Aliente, y las 180 plataformas que forman esta Alianza, reclamando “una transición ecológica distribuida y justa, con un modelo energético sostenible, que respete a los territorios y a quienes los habitamos”.
