Castilla y León necesita 5.000 enfermeros para asegurar una atención sanitaria de calidad

La jubilación de 3.628 profesionales en la próxima década y la falta de enfermeros agravan la situación en el sistema sanitario de Castilla y León, advierte el Consejo de Colegios de Enfermería.

Castilla y León enfrenta un déficit de 5.000 enfermeros, según ha advertido el Consejo de Colegios de Enfermería de Castilla y León en un informe reciente. Este estudio, presentado por Enrique Ruiz Forner, presidente del Consejo, junto a Isabel Galán, secretaria del organismo, pone de relieve los desafíos que enfrenta la profesión, así como la urgente necesidad de reforzar el personal sanitario para cumplir con las ratios recomendadas a nivel europeo.

Déficit de enfermeros y jubilaciones inminentes

El informe presentado por el Consejo de Colegios de Enfermería señala que, en la actualidad, el sistema sanitario de Castilla y León requiere 5.000 enfermeros adicionales para asegurar una atención de calidad y eficiente para sus ciudadanos. Esta cifra se hace aún más alarmante ante la inminente jubilación de 3.628 profesionales en los próximos diez años, lo que supondría una presión adicional sobre un sistema ya en riesgo de colapso.

La situación actual y los desafíos en la formación

Además del déficit de personal, el informe analiza los problemas en la formación de Grado de Enfermería, revelando áreas en las que el sistema educativo podría mejorar para adaptarse a las necesidades de la Comunidad. En el documento se comparan indicadores demográficos clave, como el número de enfermeros disponibles en áreas de Atención Primaria y Atención Especializada, así como el comportamiento del empleador, lo cual aporta una visión integral de los desafíos estructurales en la profesión.

¿Cómo afecta la falta de enfermeros a los ciudadanos de Castilla y León?

La falta de enfermeros tiene consecuencias directas sobre la calidad de la atención médica. Un número insuficiente de profesionales puede derivar en tiempos de espera más largos, un aumento de la carga de trabajo para el personal existente y, en última instancia, en una atención menos personalizada y de menor calidad. Ruiz Forner insistió en que esta situación puede empeorar si no se adoptan medidas urgentes para equilibrar la cantidad de profesionales de enfermería con la demanda actual y futura.

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