PROVINCIA

El convento en ruinas que albergó uno de los más bellos artesonados zamoranos

Situado en el Valle del Órbigo, el declive de este conjunto monacal comenzó con la Desamortización y sufrió un continuo expolio que se llevó buena parte de su joyas, entre ellas un valioso artesonado

Casi 40 años tuvieron que esperar los vecinos de San Román del Valle para que una de sus ruinas fuera declarada Bien de Interés Cultural. Fue en febrero de 2022 cuando el convento de Nuestra Señora del Valle recibió dicha apreciación después de que se iniciara el procedimiento en el año 1983. Con ello se dio un importante paso para frenar una decadencia que diferentes asociaciones y partidos políticos llevaban denunciando desde hace décadas.

Situado a las afueras de esta localidad zamorana y a los pies de un cerro de escasa altitud, el convento sigue la historia de otros muchos complejos cenobíticos de España. La Desamortización de 1835 dio comienzo a su ocaso, deshaciéndose rápidamente tras la exclaustración de los frailes. Ahora sus restos yacen muy próximos al río Órbigo y a la autovía A-6, a pocos kilómetros de Benavente.

Los estragos del expolio

Se trataba de un edificio que en el pasado debió ser un importante enclave franciscano. Se comenzó a construir a finales del siglo XIV y sirvió de panteón para una rama familiar de los Pimentel, señores de Benavente. En el siglo XVIII se emprendió una reforma que le dotó de la fachada barroca y un campanario, los elementos que actualmente mejor se conservan.

El resto del conjunto monacal sufrió en mayor medida las desdichas del expolio y el abandono. Poco queda del claustro que llegó a tener o de las piezas que custodiaba en su interior. La mayoría de sus sepulcros y objetos de valor se encuentran en el Museo de los Caminos de Astorga, dedicado al Camino de Santiago en el interior del Palacio Episcopal. Aunque hay otras piezas que directamente no se sabe dónde están.

Entre las joyas más destacadas que tenía estaba un lujoso artesonado ochavado gótico-mudéjar, considerado como uno de los más hermosos de la provincia. La pieza fue comprada por el Ministerio de Información y Turismo al obispado de Astorga e instalada en el Torre del Caracol de Benavente en los años 80, donde reposa actualmente como parte del decorado del Parador Nacional.

La lucha vecinal y la otra ruina

Este expolio y el abandono por parte de las instituciones del edificio, movilizó a los vecinos de San Román y Villabrázaro (municipio al que pertenece la localidad de San Román) que formaron una plataforma y organizaron diferentes actividades para poner en valor el edificio y reclamar su puesta a punto.

Fueron ellos los que primero se esforzaron en el mantenimiento y limpieza del entorno patrimonial, así como preservar las piedras caídas de mayor valor. Ya en 2018 la Junta de Castilla y León emprendió una intervención arqueológica con la que se recuperaron y consolidaron los escasos restos conservados de las pandas del claustro. Igualmente fueron exhumados un importante número de piezas arquitectónicas que conforman un lapidario instalado en el propio claustro.

Fuente: Revista Más Castilla y León (Daniel González)

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