
La niebla ha sido una fiel compañera de la Cabalgata de los Reyes Magos que dio comienzo a las siete de la tarde en Benavente. Pese al frío y a la poca visibilidad, pequeños y mayores no quisieron perderse este momento tan especial de ver a sus majestades.
Al finalizar el recorrido y llegar a la Plaza Mayor la expectación era máxima con María, José y el niño en el pesebre para recibir de manos de los reyes los presentes. Tras este emotivo acto, sus majestades subieron al ayuntamiento para recoger la llave mágica de la ciudad y leer los deseos para este nuevo año.
Para finalizar este acto, los niños iban pasando por cada una de las carpas instaladas para los reyes y contarles sus deseos para esta noche.



























































