
Ríos de tinta fluyen denunciando los incendios que han asolado la tierra zamorana. Más aún, la situación que ellos provocan en los campos, haciendas y, sobre todo, en sus habitantes.
El jovencísimo de Santibáñez de Vidriales, Tomás Verdes Rodríguez, le ha puesto voz a los denodados esfuerzos de agricultores y vecinos en sofocar las devastadoras llamas. Y lo ha hecho como mejor sabe hacer, con la escritura, a través de un bello poema bajo el título: «la Séptima Franja». Una llamada de atención a la sociedad, ya que es mucho lo que se ha calcinado, llora Zamora y ya son siete franjas rojas de su bandera las envueltas en llamas, ya únicamente queda una roja por arder de las ocho con las que cuenta la enseña de la histórica tierra. Ah! y la franja verde como símbolo de la esperanza. Esto es lo único que queda. «Y que su valentía y fortaleza sean su único pertrecho. Pero no sólo es triste pagar este precio, más triste es ver cómo todo muere en silencio», así ahonda este joven poeta.
«La Séptima Franja», de Tomás Verdes Rodríguez:
