Al millar de ovejas de Friera de Valverde ya les tocaba pasar por la peluquería. Al igual que en el resto de cabañas ganaderas de ovino, lo hacen coincidiendo con la llegada de los calores estivales y no sólo para retirarles la pesada lana, aliviándoles de los kilos de más, sino también porque el saneamiento de la piel se hace necesario.
Este lunes, y a primera hora, le tocaba el turno a las ovejas de Lázaro Zarza para pasar posteriormente a la otra cabaña ganadera de Friera de Valverde, la de José Carlos Pernía. Los cinco peluqueros uruguayos llegados a la zona para las labores del esquileo son ya expertos en estas lides, ya que acuden a realizar las tareas por un amplio territorio.
El millar de rumiantes de raza assaf pasa por la peluquería entre cancillas con una inquietud propia de estos animales. Expectantes, se arremolinan entre las vallas. Y es que las ovejas también han de guardar cola a la espera que la brigada de esquiladores lleve a cabo su labor, la del «maneo», la del «esquileo» y la del «desmaneo». Se trata de colocar, con mimo y destreza, a cada oveja en la plataforma para que la cuchilla eléctrica retire su cobertura lanuda. En sólo dos minutos o poco más, y con el mejor bienestar posible, la oveja está guapa, se siente más fresca porque se ha quitado todo un peso de encima y muestra su agradecimiento con su baleo desfilando por la pasarela del redil tras su paso por la peluquería.
El vellón de los rebaños de ovejas de Friera de Valverde vendrá a recogerlo un profesional de Mombuey para su posterior traslado a Portugal para las tareas de lavado y su posterior venta en mercados de China y de la India.
