Los hosteleros benaventanos muestran cabreo generalizado y una más que incertidumbre ante las medidas de cierre adoptadas por la Junta de Castilla y León. El tercer cierre del sector preocupa gravemente y no sólo por la comunicación «de un día para otro», sin poder hacer previsiones y lo que es peor «con toda la mercancía echada a perder, lo que supone mucho dinero», como explicó a Benavente digital y Tvbenavente el gerente de la sociación de hosteleros benaventanos Alberto Pascual Blanco.
Desde el sector se contaba que el cierre fuera más adelante pero no tan repentino.
«Ya es la tercera vez que realizan el cierre de la hostelería y siguen sin entender las maneras», insiste el dirigente de los hosteleros de Benavente apuntando a que las adiministraciones deberían aprender de las veces anteriores y no volver a cerrar la hostelería a la primera de cambio.
De momento la directiva de la Asociación de Hosteleros de Benavente no se ha reunido pero estudian adoptar medidas en sintonía con la asociación de hosteleros zamoranos que pasarían por una segunda movilización como la realizada a finales del pasado noviembre con la numerosa caravana de vehículos por la ciudad de Benavente.
Las ayudas prometidas al sector siguen sin llegar y esto aprieta la soga cada vez mayor a los hosteleros que siguen teniendo que afrontar pagos y más pagos. Desde enero los ERTES están exonerados al 70% por lo que les obligan a tener que abonar el 30% de las cuotas. Unas cifras que con los locales cerrados aseguran son excesivas y deberían hacerse cargo del 100%.
Algunos hosteleros de Benavente ya han echado el cierre definitivamente tras no aguantar más. Otros, lo soportan a base de créditos para sobrevivir y no cerrar el negocio pero con la incertidumbre de qué es lo que pasará en el futuro. Un más que incierto futuro es lo que se le presenta a la ya de por sí machacada hostelería.
