Durante su intervención en la novena videoconferencia con el presidente del Gobierno central y el resto de presidentes autonómicos, el jefe del Ejecutivo castellano y leonés, Alfonso Fernández Mañueco, ha defendido la apuesta de la Junta por la prudencia y la sensatez a la hora de avanzar en el proceso de desescalada, que no es incompatible con el máximo esfuerzo por recuperar la actividad económica. “Todos tenemos ganas de correr. Pero, en estos momentos, lo primordial es proteger la salud y la vida de las personas”, ha afirmado.
Por ello, la Junta está dialogando con los expertos para disponer de un asesoramiento adecuado; con el resto de fuerzas políticas y agentes del Diálogo Social, así como con el Gobierno de España.
Fernández Mañueco ha explicado que en el proceso de desescalada la Junta de Castilla y León ha apostado por las zonas básicas de salud, ya que es la mejor forma de realizar un seguimiento al número de contagios y garantizar la trazabilidad en cada caso, apostando para ello por la atención primaria. También ha asegurado que la Junta seguirá a diario la evolución de cada zona, con el objetivo de añadir a la propuesta las zonas que vayan quedando libres de contagios, así como para actuar con rapidez y retroceder si en alguna hay rebrotes.
Si la desescalada va bien, y no se producen rebrotes, Fernández Mañueco ha destacado que la propuestas de la Junta irán siendo cada vez más ambiciosas, de manera progresiva.
Por otro lado, el presidente del Ejecutivo autonómico ha defendido que la desescalada tiene que estar acompañada por medidas de seguridad y por medidas para reactivar la actividad económica. En el ámbito de la seguridad, ha exigido al Gobierno concreción con el uso de mascarillas: cuándo son recomendables, cuándo obligatorias, qué tipos de mascarillas, etc. Así como un mayor control de la movilidad entre zonas y evitar aglomeraciones, especialmente de los más jóvenes en las zonas urbanas, preocupación que ha sido compartida por el Gobierno de España.
