La mejora del trazado de la antigua carretera de Santa Croya de Tera a Santibáñez de Tera, la carretera «que no era de madie» porque no la asumía la Diputación y el Ayuntamiento se desentendía de ella, es ahora una realidad tras haberse iniciado las obras. La actuación financiada por la Diputación con 40.000 euros y otros 2.000 euros del proyecto que abona el Consistorio comenzó en la tarde de este lunes con el vaciado y perfilado de las cunetas para acometer la provisión de las capas de aglomerado asfáltico en la calzada.
Se viene así a solventar una rocambolesca situación que se lleva arrastrando dos décadas, desde el invierno de 2003, desde que la institución provincial interviniese en la mejora del pavimento de la carretera desde Santibáñez de Tera, pero se dejó aparcada la obra a la entrada del casco urbano al encontrar entonces una fuerte oposición de propietarios de parcelas de regadío, ya que el proyecto contemplaba la ejecución de una variante.
Historia de una carretera que ha vertido ríos de tinta
Esta carretera es quizás la calzada provincial que durante dos décadas ha vertido más ríos de tinta en manos de redactores y ello durante dos décadas. La historia viene de atrás cuando en el año 2002 la Diputación contempló en el proyecto de acondicionamiento de la calzada entre Santibáñez de Tera y Melgar, a su paso por Santa Croya, la expropiación de parcelas de cultivo de alto rendimiento que afectan al trazado que ahora se pavimenta, desde la entrada a Santa Croya, en la confluencia de las calles Cruz Arroyo y Jamontes, hasta el entronque con la carretera a Villanueva de las Peras. Un trayecto de casi 1 kilómetro a cuyo margen izquierdo discurre una acequia de riego y desde el primer requiebro la infraestructura hídrica pasa al margen derecho.
En aquel momento, hace dos décadas, los propietarios de las parcelas se opusieron a la expropiación, así como buena parte del vecindario que contó con el apoyo municipal. La institución provincial decidió entonces acondicionar la ZA-P-2547 pero sin mejorar su pavimento desde la entrada al casco urbano de Santa Croya. El deterioro de la calzada cada vez se hacía mayor y la carretera se venía parcheando anualmente por parte del servicio de mantenimiento de carreteras de la Diputación, aunque ésta señalaba que este trayecto no estaba incluido en la red provincial de carreteras, sino que era un camino. Un extremo incomprensible para el vecindario y para los propios conductores ya que se seguía manteniendo en el trazado la señalización vertical de la propia Diputación. Incluso, no pocos conductores hacían chistes sobre este tramo apuntando a que los coches tendrían que sobrevolar Santa Croya al llegar desde Santibáñez de Tera para ir a Melgar o Villanueva.
Bromas aparte, si se trataba de un camino o de carretera provincial, lo cierto es que la Diputación la seguía parcheando y desde el Ayuntamiento de Santa Croya se venía reclamando a la institución provincial su arreglo integral. Y ello con sucesivos dirigentes en la Casa de la Provincia. Cada vez que llegaba al Palacio de la Encarnación un nuevo presidente, el alcalde de Santa Croya le presentaba en su dosier de peticiones, el arreglo de la carretera. Todo han sido buenas palabras, e incluso malos quereres, porque la política de signos contrarios en este territorio ha dejado mucho poso, todo hay que decirlo, pero los hechos nunca llegaban a Santa Croya. Ha sido hace dos años, en plena pandemia, cuando se ha querido afrontar el toro por los cuernos. El presidente de la Diputación, Francisco Requejo, en su visita a la zona en el verano de 2020, se comprometió ante el alcalde de Santa Croya, Juan Arenas, a buscar una solución para esta calzada que en sí encuentra un verdadero problema porque en el trazado existen dos radios de curvatura que incumplen la normativa actual de carreteras.
Una solución que se tradujo hace ya 9 meses con la aprobación del proyecto por parte del Ayuntamiento, quien se ha encargado de su licitación y ejecución.
