COMARCA

Un «Santo Tiso» con bronca incluida

La Milla de Tera vive su fiesta más emotiva, la del copatrón San Tirso, con una encendida polémica

Los vecinos de La Milla de Tera han celebrado con la emoción acostumbrada la fiesta más emotiva de la parroquia, la dedicada al muy venerado San Tirso o SantoTiso, como aquí se denomina. No obstante, este sábado la celebración religiosa estuvo empañada por la polémica debido a la riña del párroco a algunos feligreses cofrades de este antiguo órgano que rezuma historia por los cuatro costados.

Al parecer, el párroco, al finalizar la misa, mantuvo un enfrentamiento dialéctico con cofrades por ostentar el control de los fondos de la cofradía apuntando, además, por parte del cura de la inexistencia de tal cofradía, indicando que, en tal caso, sería una asociación, según han explicado cofrades a este medio y la propia mayordoma. De nada servían los casi 400 años de historia y la honda devoción que el vecindario no sólo de La Milla de Tera, sino también de pueblos próximos han venido manteniendo a su SantoTiso.

Documentalmente los libros de esta cofradía de San Tirso en La Milla de Tera sólo aparecen recientemente desde principios de 1900, ya que se desconoce la existencia de los anteriores. Si, en cambio, figura documentalmente tal cofradía siglos atrás y cuya imagen titular dominaba la ermita bajo su advocación en la parte más occidental del camposanto, cuyos restos de muros pétreos aún perduran. Precisamente y desde que la imagen titular se trasladaba a la iglesia parroquial, dedicada a Nuestra Señora la Virgen de la Asunción, el día de la fiesta de San Tirso se desfila con su imagen hasta la desaparecida ermita como memoria permanente.

La cofradía de San Tirso, el «Santo Tiso» o «San Tiso» en La Milla de Tera, se remonta al siglo XVII, hace ya casi 400 años y documentalmente obra por escrito en la segunda mitad del siglo XVIII. Figura como cofradía compartiendo devoción con otras dos imágenes más como el Crucificado que sería imagen titular de la cofradía de Santa Cruz y la imagen de San Miguel.

La bella imagen del copatrono representado en una talla policromada del siglo XVII viste con su capa de paño damasquinado con el color rojo de los mártires y bordados de hilo de oro. El aureolado viste sombrero con la cinta de color rojo, ya que por cada fiesta anual se suele cambiar el color de la cinta, esa es la tradición, como lo es la devoción que reúne este santo con casi 400 años de historia, probablemente desde mediados del siglo XVII. No obstante, un siglo más tarde, en la segunda mitad del siglo XVIII las referencias documentales detallan que comparte devociones con otras dos imágenes más como la de Santa Cruz y la de San Miguel, como refiere el informe de cofradías que el Intendente vallisoletano Don Ángel de Bustamante remitió al Consejo de Castilla.

A la voz de «devoto del santo», los portadores de las andas se turnan para llevar la imagen en el desfile procesional, desde la iglesia hasta la desparecida ermita. Un trayecto corto, pero que se hace más largo ante la multitud de detenciones en el camino. Mientras los cánticos y rezos se suceden, el incesante repique de campanas y disparo de cohetes, junto a los sones musicales del grupo la Trasga, revisten de solemnidad esta procesión que concluye con la misa en honor al santo y el beso de sus reliquias.

En la jornada siguiente, en este caso el domingo 28 de enero, los cofrades celebraron la asamblea anual y el balance de cuentas de esta antigua cofradía que se remonta a mediados del siglo XVII. Cofradía por derecho propio, por historia y la honda devoción que profesan al querido SantoTiso en La Milla de Tera.

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