Ante una sociedad que avanza en torno a las nuevas tecnologías a pasos agigantados, cada vez se suceden más situaciones en las que las personas mayores quedan excluidas del sistema y en muchas ocasiones, para un simple trámite, tienen que hacer grandes esfuerzos o necesitan la ayuda de alguien.
Una zamorana ha hecho pública una de estas situaciones tras sentirse impotente ante la situación que ha vivido en el INSS. La zamorana explica que mientras ella estaba esperando a unos trámites, llegó un señor de 80 años a por un papel en el que pusiera desde qué año y mes estaba jubilado.
Como el varón no tenía cita, el vigilante de seguridad le dio un teléfono donde llamar. El hombre procedió a intentarlo pero “no veía ni los números” por lo que esta zamorana se ofreció a ayudarle y llamó ella misma.
La mujer relata que la persona que le atiende le dice que se encuentra en las dependencias pero no puede realizar ese trámite y lo tienen que pedir por escrito mientras que el hombre de 80 años, a su vez, le dice que no sabe escribir.
A todo ello se le suma pedir cita por internet “que el hombre no sabe ni lo que es” a mayores de que ha venido de un pueblo para realizar el trámite y si pierde el autobús se tendrá que quedar a dormir en Zamora.
“Me sentí tan impotente que me fui a la Junta a ver si podía poner una denuncia o algo para frenar esto, ya que hace varios meses me pasó algo parecido en Hacienda y el de seguridad no te deja ni tocar la puerta. Para mi sorpresa llegue a la Junta y el vigilante de seguridad muy amable me dejó pasar y hablar con una persona muy agradable que me dijo que había muchas quejas pero que nadie las hacía por escrito, cosa que yo sí he hecho”, resalta la mujer.
Tras relatar todos estos hechos, esta zamorana ha querido animar a todos los ciudadanos a poner quejas ante estas situaciones para que a las personas mayores “no les tomen más el pelo y las atiendan”.
