La emblemática plaza de Santa María y la no menos monumental iglesia del Azogue han sido testigos en pocas horas de la instalación en su privilegiado entorno de un puesto de churrería. En una y otra cara, el Ayuntamiento ha permitido tal ubicación que no ha sido del agrado de todos. El baile sin orquesta hizo que la fruta de sartén estuviese un día frente a la fachada sur y al otro en las antípodas.
Hasta la CEOE han llegado las quejas de algún hostelero y comerciante desde que este martes el puesto se ubicase frente a la fachada sur del monumento. Y poco tiempo le ha durado al churrero contemplar la bella portada, porque este jueves al atardecer ha tenido que levantar los bártulos y trasladarse hasta la plaza contigua, la de la Madera, donde el edificio medieval se hace norteño.
La Policía Local hacía de fedatario público del traslado.
Ah! Y si no quieres caldo, tres tazas. Mejor por partida doble.