Santa Cristina de la Polvorosa celebró este mediodía la misa en honor al Bendito Cristo de la Vera Cruz, que no del Cristo Torbero como quieren seguir denominando algunos asumiendo una nominación impuesta hace décadas por benaventanos al acudir a esta fiesta del 9 de mayo.
La solemnidad festiva en honor al Santísimo Cristo de la Vera Cruz se hizo notar en la celebración religiosa en la que, a pesar de la pandemia, se continuó con la tradicion de acompañar al abad desde su casa hasta la iglesia. En este caso, se hacía por parte de la corporación municipal al frente del alcalde. La comitiva integrada por el abad, Avelino Alonso Pozuelo, acompañado del alcalde, Salvador Domínguez, y concejales, enfilaba el corto trayecto hasta el templo parroquial donde se celebraría la misa de la fiesta más señera y emotiva de los cucos, los vecinos de Santa Cristina de la Polvorosa.
Minutos antes, el repique de campanas a cargo del avezado campanero, Jose Antonio Guerra, pregonaba la festividad de la jornada. Y el templo logró casi llenarse de devotos en este primer día de relajación de las restricciones decretadas por motivo de la situación sanitaria provocada por la Covid-19. Incluso el párroco, Baltasar Villalón, resaltó esta circunstancia.
La bella imagen del Bendito Cristo de la Vera Cruz, instalada junto al altar mayor, lucía sus mejores galas con el sudario de encaje y elegante ornamentación floral, recogiendo las miradas de los devotos en este día de fiesta.
No ha podido organizarse procesión esta tarde, ni el desfile en el interior del templo con las mozas entonando la loa del Ramo de las Roscas del Cristo. Pero, sin embargo, a las siete y media, a la hora que habitualmente cantaban las jóvenes, a esa hora se oirá el cántico por todo el callejero a través de la megafonía instalada en la plaza de la iglesia. La procesión, canto del Ramo, subasta de las roscas y convite de los dulces del Cristo y el «arreglao» por el abad, son actos que por segundo año consecutivo han tenido que ser suspendidos por culpa de la pandemia. Sin embargo, la devoción al Santísimo Cristo de la Vera Cruz permanece.
