El verano de 2024 ha sido especialmente trágico para Castilla y León en cuanto a víctimas mortales por ahogamiento. Según el Informe Nacional de Ahogamientos (INA) de la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo, durante los meses de junio, julio y agosto se han contabilizado 19 fallecimientos, una cifra alarmante que solo ha sido superada en 2016 y 2019.
Agosto: el mes más trágico en la última década
El mes de agosto ha sido particularmente sombrío en Castilla y León, con 11 muertes por ahogamiento, el mayor número registrado en una sola región a nivel nacional en lo que va de año, junto a Andalucía. Este triste récord supera incluso las cifras de las regiones costeras, donde generalmente se producen más incidentes debido al mayor acceso a playas y zonas acuáticas.
Entre las tragedias más destacadas se encuentra la pérdida de un niño de 3 años en una piscina privada en Segovia y un joven de 19 años en el pantano del Burguillo, Ávila. Estos sucesos son un recordatorio de que los espacios acuáticos, ya sean piscinas, ríos o embalses, presentan un riesgo mortal si no se toman las precauciones adecuadas.
¿Qué está ocurriendo en Castilla y León?
A diferencia de otras comunidades, Castilla y León ha vivido un incremento inusual de ahogamientos. Mientras que el inicio del verano fue relativamente tranquilo, con solo una muerte en junio, la situación se agravó a medida que subían las temperaturas en julio, mes en el que se registraron 7 fallecidos.
Este patrón se ha repetido en otras comunidades del interior, como Aragón o Castilla-La Mancha, lo que sugiere que la falta de vigilancia y medidas preventivas en ríos y embalses podría estar contribuyendo al aumento de estos accidentes fatales.
Un problema a nivel nacional
En total, España ha registrado 362 muertes por ahogamiento hasta el 31 de agosto de 2024, lo que convierte a este año en el segundo peor de la última década. Las comunidades más afectadas han sido Andalucía, Comunidad Valenciana y Galicia, con más de 50 víctimas cada una. Sin embargo, Castilla y León se sitúa en sexta posición con 26 muertes, una cifra que destaca por su gravedad en una región sin salida al mar.
Según la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo, el perfil más común de las víctimas es el de un hombre mayor de 55 años, y la mayoría de los incidentes ocurren en zonas sin vigilancia.