El sector del cereal está en pie de guerra

El miércoles 4 de junio está convocada una movilización en Madrid, frente a las puertas del Ministerio de Agricultura, por los elevados costes de producción y entrada masiva del cereal de Ucrania

Se prevé en la cosecha un incremento del 20% con respecto al año anterior, pero los costes de producción son inasumibles.

Los cerealistas están que trinan, los elevados costes de producción son inasumibles en muchos casos y los bajos precios «ya son por demás». Así refiere a Benavente Digital un agricultor muy preocupado ante la deriva que están tomando los precios de fertilizantes y demás. «Claro que hay una buena cosecha, pero los costes que todo ello supone, están por las nubes».

Los sindicatos agrarios, ASAJA, COAG y UPA, han decidido movilizar al campo con concentración convocada el próximo miércoles 4 de junio, al mediodía frente a las puertas del Ministerio de Agricultura, en la plaza de Atocha en Madrid.

Esta movilización de agricultores exige ayudas que compensen los altos costes derivados del uso de fertilizantes, así como la entrada masiva de cereal procedente de Ucrania.

Balance negativo de rentabilidad

A pesar de la buena producción cerealista, la rentabilidad sigue siendo negativa o prácticamente nula para una buena parte de los agricultores. En Castilla y León, que sigue siendo la principal comunidad productora, refistra una superficie sembrada de 1,78 millones de hectáreas y la producción prevista ronda los 7,88 millones de toneladas, es decir, un incremento del 20% sobre la campaña anterior. No obstantes, el valor total de la cosecha apenas cubriría los gastos de producción. Con costes medios de unos 800 euros por hectárea, el margen para el agricultor se situaría en apenas 18 a 20 euros por hectárea. En palabras de los representantes de ASAJA, COAG y UPA, «trabajar todo un año para este resultado es insostenible».

Presión internacional, mercados intervenidos y costes disparados

Entre los factores que agravan la situación, se destaca el efecto de la llegada masiva de cereales procedentes de Ucrania, que entran en el mercado europeo sin ningún tipo de control arancelario ni de contingente, desestabilizando los precios nacionales y europeos.

A esto se suma la paradoja de que mientras los productores europeos compiten en desigualdad, Bruselas mantiene los aranceles sobre los fertilizantes importados de Rusia y Bielorrusia, encareciendo artificialmente un insumo básico para el cultivo.

Este sobrecoste de los fertilizantes, directamente vinculado a decisiones políticas y no al libre juego de los mercados, ha supuesto un golpe añadido para los cerealistas. Se estima que solo en Castilla y León, el gasto en fertilizantes y nitratos ha superado los quinientos millones de euros esta campaña.

Por este motivo, la organización plantea como una de sus principales reivindicaciones la puesta en marcha de un programa de ayudas directas, ligado a facturas de compra de fertilizantes, de manera que los fondos se destinen exclusivamente a los profesionales que realmente han asumido estos costes.

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