En la mañana del 13 de diciembre de 1474 salía del Alcázar de Segovia la princesa Isabel para dirigirse hacia el atrio de la antigua Real Iglesia de San Miguel donde se proclamó Reina de Castilla. De eso hace 550 años, cuyo aniversario se conmemora estos días en la ciudad segoviana con actos presididos por S. M. el Rey Felipe, quien ha ensalzado a este personaje histórico como «la primera gran reina de Europa y la que junto a su esposo el rey Fernando de Aragón abrió la era Moderna, es no solo un orgullo sino también un honor como Rey y heredero de su linaje», señalaba este lunes 9 de diciembre el monarca. «Será una magnífica contribución al conocimiento y aprecio justo de su legado imperecedero para la Historia de España y la gran Historia de Europa y más allá», advertía el Rey.
Fue medio siglo más tarde de aquella proclamación y poco después del fallecimiento de la reina Isabel, de Isabel la Católica, cuando el destino hizo que la pequeña villa en la ribera del río Tera, Santa Marta de Tera, quedase señalado en la historia.
Y es que los pétreos muros de la iglesia románica de Santa Marta de Tera dejan ver a cuentagotas su rica historia, desde los mismos orígenes de su construcción. Ya llevaba construido este edificio cinco siglos y un hecho singular lo vino a convertir en protagonista. Fue el 21 de junio de 1506 cuando en Santa Marta de Tera, la entonces Santa Marta de la Riba del Tera, a la villa y su monasterio llegaba nada menos que el propio rey Fernando el Católico de viaje a La Coruña, pasando por Remesal de Sanabria como señalan las crónicas.
Hacía poco tiempo que había muerto su esposa la reina Isabel la Católica y el monarca se disponía a recibir a sus hijos, la reina Juana y el rey Felipe el Hermoso, desembarcados en la Coruña. El propio yerno del rey Fernando le había pedido a través de una misiva poder ver el testamento de la difunta reina Doña Isabel. Entonces el rey Fernando ordenó que se sacasen los traslados que había mandado su esposa. Y así se lo encomendó al secretario y notario real, Gaspar de Grizio, quien realizaba ese cometido haciendo el traslado del Testamento y Codicilo ante la máxima autoridad de la villa de Santa Marta de Riba de Tera, del alcalde ordinario de esta villa de Santa Marta de Tera, Alonso Corrisco, el día 21 de junio del año de 1506.
Copias de manuscritos y Traslados del Testamento
En las dependencias museísticas de esta iglesia se exponen al público, como ya publicó este redactor, copias de los manuscritos y Traslados del Testamento cuyos originales se encuentran en el Archivo General de Simancas y en la Biblioteca Nacional de Madrid. Fue hace casi medio siglo cuando el Ministerio de Educación Y Ciencia, a través de la Dirección General de Archivos y Bibliotecas editaba una edición facsimil del Testamento y del Codicilo en conmemoración del quinto centenario del matrimonio de los Reyes Católicos celebrado en Valladolid el 19 de octubre de 1469.
La reina Isabel la Católica otorgaba el Testamento ante el notario real Gaspar de Gricio en la villa de Medina del Campo el 12 de octubre del año 1504. La propia reina añadía además un Codicilo que firmó ante el mismo secretario y notario real el 23 de noviembre del mismo año, tres días antes de su muerte. La reina Isabel dispuso que el original de ambos documentos fuera depositado en el monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe, y se hiciesen dos traslados, uno para la iglesia catedral de Toledo y otro para el monasterio de Santa Isabel, que ella había fundado en la Alhambra de Granada.
Había fallecido la reina y pasó el tiempo sin haber hecho los traslados de los documentos, como ella había dispuesto en su testamento. Y fue entonces cuando el interés de Felipe el Hermoso por conocer su contenido provocó que el rey Fernando el Católico aprovechara su corta estancia en el monasterio de Santa Marta de la Riba de Tera para hacer esos traslados o copias. Y ello se hizo ante el regidor de la villa un 21 de junio de 1506. Junto a este importante documento se muestran además copias de la primera página del primer traslado del Testamento de la Reina Isabel la Católica, un retrato del rey Fernando y unas reproducciones en miniatura del libro de horas de la reina Isabel la Católica.
Son las huellas de la primera reina de Castilla, de la que ahora se conmemora el 550 aniversario de su proclamación, las que figuran en el monasterio de Santa Marta, en la villa de Santa Marta de Tera.