
La expectación es máxima en la Plaza de San Pedro y en el mundo ante la esperada fumata blanca de esta tarde anunciando el habemus papam. La capital de la cristiandad se ha convertido en el foco de atención de todos los medios de comunicación, poniendo la mirada en esa pequeña chimenea que sobresale del tejado de la Capilla Sixtina.
Este jueves 8 de mayo se produce el segundo día del cónclave en el que los 133 cardenales elegirán al sucesor de San Pedro al salir adelante en la urna de bronce los 89 votos necesarios para la elección de un nuevo Pontífice. En esta mañana se han producido dos elecciones, pero la fumata negra sigue alumbrando al mundo que todavía hay que esperar. Un hecho que se produjo a las 11:51 horas ante más de 15.000 personas que se encontraban en ese momento en la plaza, y los millones de espectadores a nivel mundial que seguían la retransmisión televisiva.
Esta mañana los cardenales electores se reunieron en la Capilla Paulina para celebrar la Misa y Laudes, en la Sixtina rezaron la Hora Media y luego procedieron a las votaciones. El almuerzo estaba previsto en Santa Marta, a las 15:45 horas la salida hacia el Palacio Apostólico, luego a las 16:30 horas el recogimiento en la Capilla Sixtina para proceder a otras dos votaciones.
Fue en el segundo día cuando se elegía a los Papas Benedicto y Francisco. Los vaticanistas inciden en la división interna que se está produciendo en el colegio cardenalicio ya que las quinielas, apuestas y múltiples debates de tertulianos en los medios no son tan predecibles. Precisamente este cónclave está atrayendo la atención miles de medios de comunicación, alcanzando un récord de presencia de periodistas acreditados (7.000) y atención prestada a este evento histórico. La coincidencia también del Año Jubilar favorece una presencia masiva en la principal plaza de la cristiandad.
Fue en el año 1914 cuando, por primera vez, se usó la fumata blanca para anunciar la elección de un nuevo Papa («habemus papam») y la fumata negra para informar de la falta de consenso entre el retiro de los cardenales en la Capilla Sixtina.
Quién gobernará la iglesia Católica es sólo cuestión de horas, cuando el humo blanco salga de la chimenea más observada en el mundo.