
El pasado sábado por la mañana, un grupo de exalumnos de la promoción 93-94 del colegio San Vicente de Paúl se reunió para revivir momentos especiales de su paso por las aulas. Fue una ocasión para compartir recuerdos y rememorar los días de juventud, cuando el juego, las risas y las enseñanzas dejaron huella en sus corazones.
Recorrido por el colegio San Vicente de Paúl
El encuentro comenzó con un recorrido por las instalaciones del colegio. Los exalumnos pudieron ver cómo habían cambiado los espacios que alguna vez fueron testigos de sus vivencias escolares. Entre anécdotas y risas, las aulas, patios y pasillos cobraron vida nuevamente, evocando los primeros momentos de aprendizaje y diversión. Fue una oportunidad para reencontrarse con su juventud y los lazos que aún perduran.

Visita de profesoras jubiladas
Una de las sorpresas del día fue la presencia de varias profesoras jubiladas, que siguen ocupando un lugar especial en los corazones de los exalumnos. La directora, Estíbaliz Vázquez, aprovechó la ocasión para dirigirse a los presentes. En un emotivo discurso, destacó lo importante que son estos encuentros para mantener vivo el vínculo entre el colegio y sus antiguos estudiantes.

Recuerdos en fotos
Uno de los momentos más emotivos fue cuando los asistentes vieron fotos antiguas de su época escolar. Muchos de ellos se reconocieron como niños, corriendo por los patios del colegio, participando en actividades y disfrutando de su tiempo allí. Ver esas fotos despertó una oleada de nostalgia al recordar aquellos días sencillos y llenos de emoción.


En medio de la emoción, María, una de las exalumnas presentes, ofreció unas palabras que tocó a todos. Con la voz entrecortada, compartió sus recuerdos más entrañables:
“Al mirar a nuestro alrededor, me doy cuenta de que, aunque hayan pasado varios años, la esencia de lo que aquí vivimos sigue en cada uno de nosotros. Recuerdo aquellos días en el aula, cuando recorríamos la clase para decir la lección, los patrones para ir a tomar el flúor, los dibujos en la pizarra que nos regalaba Chema, la regla semáforo de Sor Pinchita, las clases de correr en el patio, las celebraciones del Mes de María, los paseos a la silla de la Reina, los juegos con balón, goma y coma, y cuando éramos mayores, los bailes para el fin de semana.”

Reflexión en la capilla
Los exalumnos se dirigieron luego a la capilla del colegio, donde reflexionaron sobre el legado de identidad y valores que la comunidad escolar les transmitió. “Lo que realmente nos define son los valores que aprendimos aquí. Sentíos siempre vicencianos, llevando con orgullo lo que somos”, expresó con firmeza.

Un vínculo que perdura
Este reencuentro, lleno de emociones y recuerdos compartidos, reafirmó que el espíritu de San Vicente de Paúl sigue vivo en el corazón de todos sus antiguos alumnos. A pesar de los años, los lazos formados en este colegio permanecen inquebrantables.