
EFE.- Un descubrimiento histórico ha sorprendido a los expertos: por primera vez en siglos, se han encontrado castores en el río Tajo. Esta especie, que se había extinguido en la región durante la Edad Media, es ahora protegida por la Unión Europea.
Un hallazgo inesperado
El equipo de investigación, formado por los expertos Marco Ansón y Celia García Prendes, realizó este descubrimiento el pasado junio. Durante una investigación sobre el martinete pescador en la cuenca del Tajo, Ansón vio a un castor cruzando el río. Fue entonces cuando identificaron a este animal como el primer castor registrado en la cuenca del Tajo.
«Hasta ahora, solo se había documentado la presencia de castores en los ríos Ebro, Duero y Guadalquivir, pero nunca en el Tajo», explicó Ansón. A partir de ese momento, los investigadores comenzaron a estudiar a los castores en la zona. Han localizado tres grupos, aunque aún no pueden confirmar su número exacto.
Un regreso histórico
El castor, una especie autóctona de la península ibérica, desapareció hace siglos, probablemente debido a la caza humana. Sin embargo, su regreso tiene un valor histórico, ya que los castores formaban parte de los ecosistemas fluviales de la región durante la época romana y visigoda.
Su reintroducción en España comenzó en 2003 en la cuenca del Ebro, aunque de forma no planificada. El investigador subraya que este tipo de intervenciones deben hacerse con cuidado para evitar posibles problemas relacionados con la salud de los animales.
Impacto ecológico positivo
A pesar de que la reintroducción de los castores en la península ibérica no fue gestionada de manera oficial al principio, los expertos aseguran que no son una amenaza para los ecosistemas. Por el contrario, los castores pueden mejorar la biodiversidad de los ríos, ya que generan interacciones beneficiosas entre especies. Además, su presencia en el Tajo podría ser positiva para el ecosistema, que se encuentra afectado por especies invasoras como el cangrejo americano.
Monitoreo y protección
El delegado de Desarrollo Sostenible de la Junta de Castilla-La Mancha en Guadalajara ha confirmado que los agentes medioambientales están trabajando en la zona. Aunque inicialmente hubo preocupaciones sobre posibles daños causados por los castores, los primeros estudios indican que no han causado problemas.
El equipo de investigación sigue recopilando datos para comprender mejor el comportamiento de los castores en el río Tajo. Este hallazgo abre la puerta a una nueva etapa en la conservación de esta especie en la península ibérica.