Una incipiente normalidad se adueña ya del camino jacobeo con la presencia de mayor número de peregrinos en su periplo por la provincia zamorana en dirección a tierras gallegas, a Santiago de Compostela. Aunque la mayoría de los albergues no están aún abiertos, por culpa de la pandemia, cada vez son más los que se atreven a realizar el recorrido pernoctando en hostales o en tiendas de campaña debido a la mejora de la climatología.
Tal es el caso de dos jóvenes malagueños quienes han echado a rodar con sus bicicletas, y por primera vez, por la ruta mozárabe sanabresa, aunque ya es su segundo año de peregrinos a Santiago de Compostela. La vez primera por el Camino Francés y el turno le ha llegado ahora a la ruta mozárabe por Córdoba hasta Mérida para enfilar la Ruta de la Vía de la Plata y coger el camino desde la Granja de Moreruela para tomar el mozárabe sanabrés. Rafael y Emilio, uno desempeñando su labor profesional en el puesto de control del metro de Málaga y, el otro, Policía Local en la capital malagueña, no son sólo aventureros y amantes de la naturaleza, sino que además les mueve un denominador común, viajar en bicicleta.
Estos jóvenes «bicigrinos» recorren una media entre 70 y 80 kilómetros en cada etapa iniciada en Málaga el 3 de mayo y tienen previsto llegar a Santiago de Compostela el miércoles o jueves, este 19 o 20 de mayo. No ha faltado algún que otro percance sin mayor importancia durante el periplo, «alguna rotura mecánica y alguna caida, pero nada que nos haya impedido continuar», explica Rafael, en la tarde de este domingo, en una parada a pie de carretera, en Requejo de Sanabria. Precisamente su alto en el camino de peregrinos coincidía con la visita del Obispo de Astorga, monseñor Jesús Fernández, a la ermita de la Virgen de Guadalupe, la Virgen morena, que se alza a la vera de itinerario jacobeo y que desde este lunes reabre sus puertas a las visitas.
La aventura peregrina de Rafael y Emilio, de Emilio y Rafael se encuentra con un sabor agridulce como es el cierre de la mayoría de los albergues que se ecuentran a su paso. La pandemia del coronavirus con nombre de algorítmo, del SARS-Cov2 que provoca la enfermedad de la COVID-19, ha obligado desde el pasado año al cierre de puertas de las instalaciones para pernoctar los peregrinos, a ello se han sumado las restricciones de movilidad. Estos dos jóvenes se las han tenido que apañar montando tienda de campaña. Ya lo sabían, pero su aventura la van llevando con facilidad como advierte Emilio apuntando a su viaje por los caminos naturales, los señeros y jacobeos. «Normalmente vamos por el camino jacobeo, pero algunas veces están llenos de piedras y lo hacemos por la carretera, no son muy circulables en algunos tramos». Rafael apunta que, a veces, tienen demasiada vegetación atribuyéndolo a que han estado un año sin el paso de peregrinos. No obstante, ambos señalan la belleza que descubren en su recorrido y más concretamente a su paso por las tierras zamoranas, por el camino mozárabe sanabrés.
Poco a poco se vislumbra una esperanza en el camino jacobeo. Parejas de peregrinos en ruta a pie o como estos «bicigrinos» malagueños son ejemplos de que la vía hacia Santiago cobra cierta normalidad, vuelve a recobrar vida.
